Según el director de Comercialización del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), Aníbal Roa, hay varios factores que influyen en este comportamiento; con los operativos de control mermó el contrabando, hay suficiente tomate para cubrir prácticamente la totalidad de la demanda hasta fin de año y que los productores están cosechando muy buena calidad de tomate en general. Según la coloración y tamaño, los precios van de G. 4.000 a G. 5.500 el kilo.
Agregó que si las condiciones climáticas son favorables y no hay ataques de plagas, la restricción de importación podría extenderse hasta diciembre.
Gregorio Ocampos, productor de Yhú, Caaguazú, comentó que los horticultores están conformes con los precios, pero todavía sienten amenazas del contrabando.
Si bien las heladas destruyeron algunos cultivos, comentó que gracias a la acción de los productores se pudieron mitigar los daños, aunque manifestó que espera una mayor atención del MAG para alertar al campo de las condiciones de tiempo severo.
Este panorama es diferente a la crisis que se desató en agosto del 2019, cuando los tomateros remataban su producción debido al ingreso masivo de cargas de contrabando, lo que los motivó a cerrar rutas y exhibir los tomates que no se vendían en el mercado nacional.