El reconocimiento de las autoridades bolivianas de que la gran mayoría del área rural –en donde vive el 40% de la población– no cuenta con internet, ya que las conexiones de fibra óptica solo llegan a algunas ciudades, demuestra que la enseñanza virtual en países en vías de desarrollo es todavía una utopía.
Además de suspender el año lectivo 2020 en los niveles inicial, primario y secundario tanto de educación pública como privada, el Gobierno boliviano dispuso la promoción automática de los estudiantes al nivel superior y garantiza el pago regular de salarios a los maestros del sector público. Es una medida “en defensa de la salud de los estudiantes, docentes y padres de familia”, destacó el ministro de la Presidencia, Yerko Núñez, enfatizando que “no hay otra salida”.
Lo ocurrido en el vecino país pone en el tapete lo que también sucede en el Paraguay. Un reciente estudio realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), sobre la percepción del Covid-19 en las familias paraguayas, sostiene que apenas un 22% de los estudiantes de nuestro país acceden a la educación mediante plataformas web habilitadas para las clases virtuales.
El informe del organismo internacional refiere, además, que un 52% de los estudiantes dijeron que sus maestras les envían tareas por WhatsApp o por correo electrónico. Un 32% de miembros de las familias consultadas expresaron que, debido a la pandemia, el 2020 será un año perdido en la educación. Los representantes de Unicef concluyen que esta situación tendrá repercusión en la calidad educativa y en la matriculación de escolares para el año lectivo en el 2021.
El informe coincide con la visión crítica que tienen diversos gremios de docentes y organizaciones estudiantiles. Directivos de la Organización de Trabajadores de la Educación del Paraguay-Sindicato Nacional (OTEP-SN), sostienen que el Ministerio de Educación nunca se preparó para una educación digital. De 8.000 escuelas, solo 1.000 tienen acceso a internet y de 80.000 docentes, solo 7.500 se capacitaron, según el gremio.
El Sindicato Nacional de Directores (Sinadi) maneja que, de 75.000 docentes del país, solo 25.000 tienen manejo de herramientas informáticas y 20.000 tienen acceso a computadoras para impartir clases virtuales. Para la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios (Fenaes), la pandemia desnudó aún más la deuda histórica de la educación en lo que es inversión en tecnologías.
La situación exige un sinceramiento de parte de las autoridades, y de toda la comunidad educativa, acerca de si es posible mejorar sustancialmente la educación virtual o suspender de una vez el año lectivo. Seguir pregonando que todo marcha muy bien es solo una gran mentira.