La mayor caída del nivel de consumo de los paraguayos se registró en abril de 2021, durante el pico máximo de casos de Covid-19, en que cayó un -8%. Esta caída mucho más evidente había arrancado en enero de este año, cuando llegó a un -4%, dato que se desprende de una medición realizada por las consultoras CCR y Zoomin Group.
El estudio se basó en mediciones obtenidas a través de encuestas a negocios localizados en todo el país, desde despensas, autoservicios, bodegas, bares, supermercados, restaurantes y otros canales similares, en que se midieron el nivel de adquisición de 80 productos de consumo masivo, como alimentos, bebidas y cosméticos.
Mauricio Larrosa, director de CCR, resalta que mediante estudios similares a este, realizado cada mes, desde enero de 2019, pudieron comprobar que el consumo masivo está perdiendo importancia y cayendo de manera casi sostenida desde el inicio del año antepasado. Y aunque hubo una posibilidad de quebrar esa tendencia en enero y febrero del 2020, con la abrupta presencia del Covid-19, en marzo del año pasado, el panorama se complicó para la recuperación del consumo.
Larrosa relata que durante el segundo semestre del año pasado el consumo cayó entre el 4 y el 5%, a consecuencia de los cierres de negocios, comercios, bares, restaurantes y las restricciones de circulación impuestas por el Gobierno nacional.
poder adquisitivo. El especialista agrega que durante el segundo semestre del 2020 los consumidores perdieron gran parte de su poder adquisitivo, en que cada vez había menos dinero para gastar, pérdida que afectó fuertemente al consumo. Y si bien comenzó a recuperarse con la aplicación masiva de la vacuna anti-Covid durante junio y julio, que de -3,5% pasó a -6%, aún sigue por debajo del consumo registrado en 2019 e, incluso, en el 2020, aunque la tendencia sigue siendo al alza. “Si bien vamos camino a una recuperación, los números siguen siendo claramente negativos, porque todavía no hay una recuperación económica de los consumidores. La gente tiene una combinatoria que es complicada, debido a que perdió el ingreso total o parcial o tuvo alguna afectación sobre sus ingresos, algo que sigue arrastrando”, indica.
Larrosa agrega que después de un periodo de gracia de 60 a 90 días, los endeudados por la pandemia debieron empezar a pagar sus deudas, en medio de una economía que ya está resentida, con igual o menor ingreso y con compromisos que se deben saldar, sin prácticamente tener dinero para hacerlo.
Para Larrosa, la previsión del 2022 se presenta un tanto complicada para la recuperación del consumo, debido a factores como la caída reiterativa que sufre desde el 2019 y por la presencia de la pandemia.
“Ahora estamos iniciando la recuperación, pero que esta sigue siendo negativa y si no hay una inversión genuina en nuevos empleos será difícil revertir drásticamente la caída del consumo a corto plazo”, concluye Larrosa.