24 abr. 2024

Malena Ashwell: “Vi cuerpos inertes de 3 niñas desnudas, de 8 y 9 años”

Con el seudónimo de Ada Rodríguez, Malena Ashwell relató al periodista Jack Anderson la indignante escena que encontró en el harén de Popol Perrier, en Sajonia, en 1975. La publicó el Washington Post.

El lugar.  En este sitio estaba la casa donde Popol guardaba a las niñas para el dictador Stroessner y los demás jerarcas.

El lugar. En este sitio estaba la casa donde Popol guardaba a las niñas para el dictador Stroessner y los demás jerarcas.

Por Andrés Colmán Gutiérrez

@andrescolman

Malena Ashwell, hija del conocido historiador Washington Ashwell, se hallaba en compañía de su marido, un oficial de la Armada paraguaya, almorzando en casa de un superior, cuando fueron llamados por un vecino a acudir “hasta la casa de al lado”, porque allí se desarrollaba una escena horrible.

El episodio ocurrió en noviembre de 1975. La “casa de al lado” era la residencia del teniente coronel retirado Leopoldo Popol Perrier, en el barrio Sajonia, convertida en una especie de harén o serrallo de niñas menores de edad, para el gozo sexual del dictador Alfredo Stroessner y sus colaboradores.

“Con horror vi los cuerpos inertes de tres niñas, dos de ellas de unos 8 años, la otra de 9, tendidas desnudas sobre un montón de arena en la parte trasera de la casa”, contó luego Malena al periodista norteamericano Joe Spear, miembro del equipo del afamado columnista político e investigador Jack Anderson (ya fallecido), quien divulgó el caso en el diario The Washington Post, en su edición del 20 de diciembre de 1977.

Las niñas “estaban sangrando de las áreas genitales y tenían marcas en sus cuerpos, que evidenciaban abuso sexual”, afirmó la mujer, quien en la publicación fue presentada como Ada Rodríguez, aunque tras la caída de la dictadura se reveló que era un seudónimo (Ada es el segundo nombre de Malena) para proteger en ese momento a la denunciante.

COMPLICIDAD. Ante el horror de lo que sucedía, Malena y su marido llamaron a la policía, que acudió rápidamente.

“Un viejo cuidador les dijo que estaba trabajando bajo protección de un jefe militar que identificó como el coronel Perrier. Al escuchar esto, el policía se retiró inmediatamente, sin tomar medidas”, dijo Ashwell, según lo publicado por Anderson, quien firmó el reporte con otro periodista, Les Whitten.

“Mas tarde, los vecinos nos dijeron que en cierta ocasión el viejo tenía bajo su cuidado a catorce niñas, de entre 8 y 9 años”, destacó la mujer.

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INDAGACIÓN. Indignada, Malena Ashwell empezó a realizar más averiguaciones.

“Supo que el coronel Perrier mantenía la casa en el residencial barrio Sajonia, donde campesinas jovencitas compradas a sus empobrecidos padres son proveídas a los jefes paraguayos”, relata el artículo de Anderson y Whitten.

“El general Stroessner frecuenta la casa”, le aseguró Malena Ashwell al periodista estadounidense.

Jakc Anderson y Les Whitten revelan que habían estado siguiendo por más de un año “la pista de una sórdida historia de depravación sexual entre altos cargos del Gobierno paraguayo”.

“El dictador ha estado también conectado a este horrible escándalo sexual. Nuestras fuentes alegan que él visita con frecuencia la casa en el barrio Sajonia, en donde las criaturas son violadas. Sin embargo, lo triste es que por muchos años Estados Unidos ha sido el más fuerte apoyo de Stroessner”, refieren los periodistas.

LIBRO. La denuncia de Malena Ashwell también llegó a la escritora y socióloga estadounidense Kathleen Berry, quien la incluyó en su libro Female Sexual Slavery (Esclavitud sexual femenina), publicado en 1979, que menciona el caso paraguayo de las niñas secuestradas y violadas durante la dictadura stronista entre “los casos más aberrantes” de esclavitud sexual en el mundo.

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Periódico comunista nunca pudo publicar la denuncia de Ashwell

Tras conocer los horrores de lo que sucedía en el harén stronista de Sajonia, manejado por el teniente coronel Leopoldo Popol Perrier, Malena Ashwell “imploró a sus influyentes amigos para que denunciaran esa pesadilla”, refiere el artículo de Jack Anderson y Les Whitten en el Washington Post, en 1977. “Le advirtieron repetidamente ‘quedar callada y no meterse’. Desesperada, se entrevistó con Miguel Ángel Soler, quien publicaba un periódico comunista de nombre Adelante”, relatan.

Soler, quien fue secretario del Partido Comunista Paraguayo, recibió y redactó la denuncia de Ashwell, pero nunca pudo publicarla, ya que el 29 de noviembre de 1975 fue secuestrado por la policía stronista y luego asesinado, sin que sus restos hayan sido hallados hasta hoy.

TORTURA. “Entre sus documentos se encontró la declaración de Ada Rodríguez (Ashwell). Poco después de la medianoche del 9 de enero de 1976, tres hombres entraron por la fuerza a su casa y la llevaron. El jefe de la Policía secreta, Pastor Coronel, la acusó de estar involucrada en una conspiración para asesinar a Stroessner”, destaca el informe.

Cuando Ashwell negó ser parte de conspiración alguna, “Coronel comenzó a golpearla, en tanto otro hombre la sujetaba. Luego la tiraron, semidesvanecida, en una pieza donde la torturaron continuamente durante tres días”, asegura.

“Fueron necesarias las conexiones políticas de su influyente familia (el abuelo de Malena fue el gran caudillo colorado Juan León Mallorquín, y su padre fue funcionario del Fondo Monetario Internacional) para que la liberaran el 13 de febrero de 1976. Desde entonces ha estado viviendo en Estados Unidos, recobrándose de a poco de aquel infierno”, indican Anderson y Whitten.

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