César González Páez
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Ayer domingo se cumplió un aniversario más del nacimiento de un gran maestro que instauró un paradigma educativo acorde a un nuevo tipo de ciudadano requerido para el mejoramiento de la sociedad de su tiempo.
Ramón Indalecio Cardozo nació en Villarrica, el 16 de mayo de 1876, hijo de Josefa Cardozo y de don Antonio Taboada. Sus estudios primarios y secundarios los realizó en su ciudad natal.
Se inició en el magisterio, desempeñándose como docente en el Colegio Modelo de Clementino Billordo, educador argentino. El maestro refiere en sus memorias, que se publicaron, sus inicios en la docencia como llenas de dificultades, pero agradables al mismo tiempo. A partir de allí fue una vorágine de actividades e importantes nombramientos en el campo de la educación.
INICIOS. En 1898 se graduó de maestro normal, en la Escuela Normal de Villarrica, convirtiéndose más tarde en catedrático de dicha casa de estudios. También ejerció la docencia en el Colegio Nacional de Asunción. En 1898, fue designado director de la Escuela Graduada de Varones, cargo en que se desempeñó hasta 1914. En el mismo año pasó a ocupar la dirección de la primera Escuela Normal Rural. Dictó cátedras de Historia del Paraguay y Contabilidad en el Colegio Nacional. En el año 1902 inició la enseñanza práctica de labores manuales, industriales y agrícolas, con difusiones satisfactorias, convencido de que la escuela debe ser un gran taller, donde deben formarse para la vida.
IDEALES. Su intención era formar a los niños dentro de un ambiente donde reinara el culto a la verdad, a la rectitud y al trabajo. Afirmaba que para lograr eso, los maestros debían renovar su mentalidad. La escuela renovada requiere de maestros con ideas nuevas, a quienes también atribuía gran parte de la responsabilidad en la educación. Hablaba también sobre que el maestro autoritario, el maestro rutinario, el maestro que no cumple con su deber, no conoce el aspecto moral de su profesión. Partidario de la Escuela Activa, Cardozo se refiere esencialmente a la parte práctica de la educación.
EDICIONES. Su primer libro se publicó en la imprenta El Guairá: Pestalozzi y la Enseñanza Contemporánea, producto de sus lecturas e investigaciones pedagógicas. En medio de tantas actividades, Cardozo escribió y publicó numerosos textos: El Guairá: historia de la antigua provincia y Melgarejo, el fundador de Villarrica; Memorias sobre la Enseñanza Primaria y Normal. Varios tomos sobre lo que consideraba la nueva enseñanza y pedagogía de la escuela. La Escuela Activa y la cultura campesina; El ideal de la educación; La escuela rural, lo que es y lo que debe hacer.
También Mi vida de Ciudadano y Maestro, libro del cual rescatamos estos datos autobiográficos, y reeditado hace unos años por El Lector. Hay una deuda pendiente, que sería publicar una obra inédita del maestro: Historia General del Paraguay, entre otras.
Otro proyecto que hay que rescatar es que impulsó y creó una asociación infantil La Fraternidad, que precedería a los que hoy se conocen como Consejos o Gobiernos Escolares, atendiendo que la escuela debe fomentar el espíritu social de los niños y desarrollar su espíritu democrático. Cabe destacar que las prácticas de La Fraternidad eran proyectadas a los hogares, con el apoyo de los padres y otras autoridades de la comunidad. Esta experiencia se desarrolló durante 12 años. Esta crónica no abarca todos los logros de este incansable educador.