Arce sucedió a la mandataria interina de derecha Jeanine Áñez para un periodo de cinco años, lo que marcó el retorno al poder después de un año del Movimiento al Socialismo (MAS), liderado por Morales, quien regresará al país el lunes desde su exilio en la vecina Argentina.
NUEVA ETAPA. ”Iniciamos una nueva etapa en nuestra historia y queremos hacerlo con un gobierno que sea para todos y todas sin discriminación de ninguna naturaleza. Nuestro gobierno buscará reconstruir nuestra patria en unidad para vivir en paz”, declaró Arce en su discurso tras ser juramentado por su vicepresidente, David Choquehuanca.
“Nos comprometemos a rectificar lo que estuvo mal y a profundizar lo que estuvo bien”, agregó.
El rey Felipe VI de España y los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; de Colombia, Iván Duque; y de Paraguay, Mario Abdo Benítez; así como el ministro de Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, entre otros, asistieron a la toma de posesión de Arce, un economista de 57 años con maestría en Gran Bretaña y con perfil de tecnócrata más que de político.
Tras su juramentación en el Congreso, el flamante mandatario caminó al Palacio Quemado, la sede de gobierno, situado en diagonal al edificio del Legislativo, también frente a la Plaza Murillo de La Paz.
Una vez en el palacio, las Fuerzas Armadas, que hace un año tuvieron un papel clave en la caída de Morales, entregaron a Arce el bastón de mando como su nuevo Capitán General.
Antes de asumir, Arce expresó su confianza en que las relaciones con Estados Unidos se fortalecerán tras la elección de Joe Biden. Ambos países carecen de embajadores desde 2008.
Arce ganó de forma contundente las elecciones del 18 de octubre, que sustituyeron los comicios de 2019, que marcaron la caída de Morales tras 14 años en el poder.
Durante la campaña, Arce alzó la bandera de la bonanza económica del gobierno de Morales (2006-2019), de quien fue ministro de Finanzas, época de elevado crecimiento del PIB y activa participación estatal en la economía, así como de reducción de la pobreza.
Sin embargo, el artífice de ese “milagro” económico tiene retos por delante en un país polarizado y en recesión. Además, debe mostrar que él es quien lleva las riendas de Bolivia y no su mentor, según los analistas.
LA SOMBRA DE EVO. Un enorme desafío para Arce “es afianzar su propia legitimidad ante una figura tan fuerte y además tan agresiva mediáticamente como la de Evo Morales”, dijo a la AFP la politóloga Ximena Costa. “Hay una parte de la sociedad que no quiere el retorno de Evo Morales y está en manos del próximo presidente hacer un gobierno diferente”, declaró por su lado el analista político Carlos Cordero a la AFP.
Morales, de 61 años, regresa a Bolivia hoy, un año después de renunciar tras perder el apoyo de las fuerzas armadas y la policía, en medio de protestas en su contra y denuncias de fraude electoral cuando buscaba un polémico cuarto mandato consecutivo.
Otro enorme desafío del nuevo mandatario es la recuperación de la economía boliviana, muy golpeada por la pandemia del coronavirus.
Los analistas consideran que para conseguir apoyo de la oposición, el MAS debería anular la decisión del parlamento saliente que redujo el quorum para aprobar ciertas disposiciones.