06 jul. 2025

Los testimonios El aprecio de Mistral, Alberti, Guillén y Plá

Mucho se ha escrito sobre la poesía de Elvio Romero. Destacados poetas y críticos de América y España han resaltado el lugar preponderante que ocupa su creación en la literatura paraguaya, y aun en la latinoamericana. Fue probablemente el escritor paraguayo que más ha viajado por el mundo y el que más amistades literarias legendarias ha cosechado.
La chilena Gabriela Mistral, a quien le fuera remitido el primer libro de Romero, Resoles áridos (1951), fue una de las primeras en ser consciente de la valía literaria del poeta paraguayo. Dijo certeramente: “Pocas veces he sentido la tierra como acostada sobre un libro”.
Rafael Alberti, Premio Cervantes y uno de los más reconocidos representantes de la Generación del 27 española, le dedicó un poema. En él dice: “Las alas, sí, las alas/ contra la vida quieta./ Cante, llore el poeta./ Volando entre las balas./ Por los signos del Día/ también tú señalado:/ clavel arrebatado/ y espada de agonía./ Casi recién nacida,/ lumbre madura y fuerte,/ sabes más de la muerte/ quizás que de la vida./ Y tu nombre aromado/ huele más que a romero,/ a pólvora, a reguero/ de cuerpo ensangrentado./ La patria encadenada/ y herida se sostiene/ sin sueño y te mantiene/ el alma desterrada./ Y mientras que penando/ sin luz va el enemigo,/ la libertad contigo/ regresará cantando.”
Por su parte, el cubano Nicolás Guillén le dedicó también otro poema:
“Elvio Romero, mi hermano,/ yo partiría en un vuelo/ de avión o de ave marina,/ mar a mar y cielo a cielo,/ hacia el Paraguay lejano,/ de lumbre sangrienta y fina. / Le llevaría mi mano/ derecha y aprendería/ de ti/ gota a gota el guaraní./ Le llevaría mi piel/ cubana/ y le pediría/ que a mí,/ ay, me fuera concedido/ su corazón ver un día,/ que nunca vi./ Que sí/ (me respondió Elvio Romero),/ que no; hermano,/ será primero que pueda ir yo.”
Finalmente, la inefable Josefina Plá escribió: “Es indudablemente entre todos los poetas paraguayos el que ha alcanzado mayor resonancia internacional. Elvio Romero pertenece por su edad a la Generación de 1950; pero su frecuentación temprana en el Grupo del 40, su aparición asimismo precoz en las páginas literarias -1943- hacen que se lo adscriba a este grupo en vez del siguiente, del cual sería afortunado avant coreur (precursor en francés)”.