Los abogados del príncipe intentaron por todos los medios que el juez desestimara la demanda, sin éxito, por lo que se definió que Andrés deberá ir a juicio para intentar probar su inocencia.
La medida supone una retirada brusca de la vida real oficial y un intento de distanciar a la familia real del tercer hijo de la reina Isabel II.
La remoción total del título de Su Alteza Real no es poca cosa. Este estilo se utiliza para distinguir a la familia real de otros rangos de la nobleza, y perderlo implicaría que debería hacer reverencia a los miembros de su propia familia, incluso a sus hijas. Hasta ahora, el palacio de Buckingham Palace no agregó que el título se le haya retirado completamente.
Pero el Duque de York no es el primer miembro de la realeza que pierde su cargo oficial y sus títulos. A continuación algunos de los royals que pasaron por esta “penosa” situación.
Diana de Gales. Al divorciarse del príncipe Carlos en 1996, Diana perdió el derecho a ser llamada “Su Alteza Real”. Sin embargo, conservó el título de princesa, y en adelante se le llamó oficialmente “Diana, princesa de Gales”.
Ese formato, con el nombre seguido por una coma y el título en cuestión, se utiliza formalmente para referirse a los miembros de la familia real que se divorciaron, como es el caso también de Sarah Ferguson, ex esposa de Andrés, a quien se refieren como “Sarah, duquesa de York”.
Harry y Meghan de Sussex. El príncipe Harry, nieto de la reina, y su esposa estadounidense, Meghan, dejaron sus funciones reales para forjar nuevas carreras en Los Ángeles en enero de 2020.
En el proceso, también fueron despojados de todos sus patrocinios, los títulos de “Su Alteza Real”, y Harry también perdió sus cargos militares.
El Palacio de Buckingham dijo entonces que el nuevo acuerdo supondría que la pareja “tendría que apartarse de las obligaciones reales, incluidos los nombramientos militares oficiales” y dejaría de recibir fondos públicos para las obligaciones reales.
La pareja pasó a ser conocida como Harry, duque de Sussex, y Meghan, duquesa de Sussex. A diferencia de Andrés, se les permitió mantener sus afiliaciones y patronatos privados, “con la bendición de la reina”. Harry, que nació como príncipe de Gales, sigue siendo príncipe.
Infanta Cristina. El comentado caso Nóos, que sacudió a España por una década entera e imputaba a Iñaki Urdangarin, esposo de la infanta Cristina, y a la infanta misma, dejó a Cristina sin ducado.
Previo a este escándalo de corrupción, la hija del rey emérito Juan Carlos y hermana del rey Felipe VI ostentaba el título de duquesa de Palma de Mallorca.
En 2015, la Casa del Rey Felipe VI emitió un comunicado que revocaba a su hermana del título que su padre le había dado en 1997 cuando se casó con Urdangarin.
No sólo Cristina se vio afectada. Como consecuencia de este movimiento, se anunció que la familia real española quedaba limitada sólo a los reyes Felipe y Letizia, a sus hijas, Leonor y Sofía, y a los padres de Felipe, el rey Juan Carlos y la reina Sofía.
Mako de Japón. A Mako de Japón le costó su título real tras la decisión de casarse con el amor de su vida. Al elegir como esposo a su novio de la universidad Kei Komuro, que carece de sangre azul, Mako, sobrina del emperador Naruhito, fue en contra de los deseos de su padre. Así, dejó de ser la princesa Mako de Akishino. Pero no sólo perdió su título real, además renunció a la dote de 1.3 millones de dólares que se reserva a las mujeres de la casa real al casarse.
RETIRADAS. Los miembros de la realeza deben “cuidar” de sus títulos y moverse con gracia por el mundo para evitar ser despojados de sus cargos.