20 abr. 2024

Los jazzistas de “Cama de gato” ofrecen la diversidad brasileña en Ecuador

Quito, 8 feb (EFE).- La diversidad de la música de Brasil, que refleja la complejidad del propio pueblo, llega a los escenarios ecuatorianos de la mano de “Cama de gato”, una agrupación de jazz instrumental que invita a viajes imaginarios a través del ritmo y que participa en el Festival Internacional de Jazz en Quito.

Con seis discos a su haber, 100.000 copias vendidas y un DVD en camino, la agrupación formada en 1985 sigue viva con cambio de músicos y cambio de enfoques, pero con el mismo amor por su arte.

Mauro Senise (Flauta y saxofón), Pascoal Meirelles (batería), Jota Moraes (piano y teclados), André Neiva (bajo eléctrico) y Mingo Araujo (percusión) integran el grupo, que tuvo en un inicio una alta influencia de la música fusión americana, aunque ahora se ha centrado en el jazz instrumental.

En 1990 salieron dos músicos y entraron otros tres que trajeron una huella mucho más marcada de la música brasileña.

Sencillos y de verbo fácil, los músicos tienen claro que el género que practican no resulta fácil de comprender.

“La diferencia entre un guitarrista de rock y uno de jazz es que el de rock toca tres acordes para 3.000 personas y el de jazz 3.000 acordes para tres personas”, bromeó hoy en una entrevista con Efe Neiva, para quien la gente está más acostumbrada a escuchar música con cantantes.

La música instrumental es como “cerrar los ojos y hacer un viaje”, explicó el bajista.

Por su parte, Moraes afirmó que “la música cantada siempre tiene un mensaje de amor sufrido o feliz y las personas se identifican más con ese tipo de música. La música instrumental es para pocas personas, privilegiadas”.

Neiva cree que la música brasileña deja huella en el mundo por su diversidad, algo con lo que concuerda Araujo, quien asegura que de un estado a otro en Brasil todo cambia: modo de hablar, vestir, comportamiento ante la música y la acústica.

“Cama de gato” cree que pese a las influencias externas, la música brasileña tiene su propia personalidad, que se plasma en unas notas con su propio “acento”, aunque las partituras sean las mismas.

El espectáculo que ofrece “Cama de gato” no se limita a lo musical. En el escenario, Araujo, al mando de la percusión, es el eje que conecta al público con los músicos, aunque todos hacen lo suyo para involucrarse con los espectadores y atraparlos en su ritmo, a su ritmo.

Ese momento de tocar es “sagrado” para Senise, aunque Meirelles reconoce que la interacción entre intérprete y público “es algo que en la música instrumental no pasa mucho”.

“Cama de gato” se llama así por un juego con hebras de lana, que se tejen con los dedos creando distintas formas, que sólo se logran con un trabajo de las dos manos marcado por la improvisación. “Es una cosa de conjunto, es un grupo”, explicó Senise.

Así funcionan ellos, como un colectivo, y no entienden su desarrollo si uno de ellos falta.

Araujo destacó que la llegada de Moraes al grupo despertó en “Cama de Gato” una “brasilidad” mayor, gracias a sus composiciones.

Moraes, que es amante de la música de América del Sur, indicó que en su parada en Quito tocarán tres canciones, una de ellas llamada “Cumbayá”, en honor al suburbio de Quito donde dos de los músicos del grupo impartieron algunas clases en una universidad.

Sus conocimientos también los difunden en talleres en los que hacen “cantar” a sus instrumentos con la cadencia brasileña.

“Cama de Gato” se sumará el viernes a varios músicos extranjeros y locales que participan en el Festival “Ecuador Jazz 2012", que tiene lugar desde el pasado sábado en el Teatro Nacional Sucre, en el centro histórico de Quito, catalogado como Patrimonio Cultural de la Humanidad, por la Unesco.