El director de Survival International, Stephen Corry, dijo que el Gobierno de Paraguay “no está haciendo lo suficiente” para proteger “al pueblo indígena más vulnerable” del país, según un comunicado difundido por la ONG, con sede en Reino Unido.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) solicitó en febrero pasado al Estado paraguayo frenar la deforestación ilegal que afecta al territorio de los totobiegosode.
“Pero hasta la fecha, la respuesta del Gobierno a la CIDH y a los ayoreo ha sido totalmente inadecuada”, afirmó la organización, fundada en 1969 con el objetivo de defender los derechos de los pueblos indígenas, sus vidas, sus tierras y su derecho a decidir su propio futuro.
La Justicia internacional pidió además la creación de un mecanismo destinado a evitar el ingreso de terceros en esos terrenos, una de las últimas zonas vírgenes del Chaco, una región, compartida entre Argentina, Bolivia y Paraguay, que sufre uno de los índices de deforestación más altos del mundo, según la ONG ambientalista Guyra Paraguay.
“En vez de abordar la deforestación desenfrenada, se ha centrado en la implementación de proyectos de desarrollo. Paradójicamente podrá seguir concediendo licencias medioambientales que habilitarán a las empresas agroganaderas para continuar deforestando la tierra”, explicó el comunicado de Survival.
Líderes ayoreo totobiegosode, familiares y salvaguardas del último grupo nativo se reunieron a principios de mes en Asunción con el viceministro de Relaciones Exteriores, Óscar Cabello.
Le pidieron que cumpla con el dictamen de la Comisión Interamericana y que persiga la deforestación ilegal en su territorio, pero el Gobierno se negó a concretar ningún plan contra la deforestación.
“Y aún más importante, no ha hecho mención alguna a los derechos territoriales, cuando el único modo de detener por completo la tala y proteger a los ayoreo consiste en garantizar que puedan regresar a su tierra”, añade Survival.
Según Corry, “aunque resulta prometedor que el Gobierno de Paraguay haya tenido voluntad de reunirse con los ayoreo, lo cierto es que no está haciendo lo suficiente”.
“Los proyectos de desarrollo no restarán valor al hecho de que los ayoreo son refugiados en su propia tierra, que está siendo rápidamente destruida, como muestran las recientes imágenes satelitales, no se puede confiar en que las empresas agroganaderas dejen de deforestar territorio”, dijo el activista.
Los totobiegosode denuncian que tres empresas, entre ellas Carlos Casado S.A., filial de la constructora española Grupo San José, y la brasileña Yaguareté Porã, están “destruyendo rápidamente el biodiverso hogar de los ayoreo”.
“El único modo de garantizar que queden algunos árboles en pie en la zona es devolver a los ayoreo su tierra”, concluyó el director de Survival.
La mayoría de los totobiegosode fue obligada a abandonar sus bosques a partir de 1979, cuando la “Misión Nuevas Tribus”, un grupo evangélico estadounidense, entró en su territorio para “evangelizarlos”, según los expertos.
También denuncian que luego fueron trasladados como mano de obra a estancias ganaderas de los colonos menonitas, llegados en la década de 1920 a Paraguay.
Un pequeño grupo de totobiegosode que evitó ese traslado es el que vive en aislamiento voluntario.