Por Pa’i Oliva
“mailto:oliva@rieder.net.py”
Hablo con conocimiento de causa. Durante nueve años en la Argentina trabajé intensamente con la emigración de aquel país. Un caso concreto fue la ley de inmigración que hicimos con abogados de Buenos Aires y que, con la llegada del gobierno de Perón, se nos pidió para aplicarla. Últimamente visité en España a nuestros compatriotas. Siempre constaté que ser emigrante es muy doloroso.
Por eso, deseo ahora hacer una fuerte denuncia contra nuestro Ejecutivo.
Nos prometió puestos de trabajo al acceder al Poder pero… no nos dijo que eran en España y Argentina. Lo cual ya es una burla.
Casi 70.000 paraguayos y paraguayas se fueron a España y estuvieron abandonados por una Embajada que carecía de embajador.
Y cuando tenía en sus manos la ocasión de solucionar todo esto con su anunciado viaje al Reino de España, el presidente escurre el bulto y se echa atrás por la crítica de una empresa española sobre la falta de garantías jurídicas de su gobierno.
El presidente los echó del Paraguay por falta de una acertada política económica que mirara más allá de exigir impuestos y que implementara el trabajo en territorio nacional. Luego, abandonó a nuestros emigrantes a su suerte. Y ahora que esta es adversa, más de un centenar han sido ya deportados, pichado por una nadería, deja de ir para darles una solución.
Un caso más de aquello de que “si no lo cumplo que Dios y la Patria me lo demanden”. En asuntos de nuestra emigración el presidente ha fallado. Como pueblo, ya deberíamos de demandárselo.