Los impulsores de la iniciativa son las entidades privadas Santander Brasil, Bradesco e Itaú Unibanco y las públicas Banco do Brasil y Caixa Económica Federal.
La llamada Gestora de Inteligencia de Crédito (GIC) implementará un banco de datos para “agregar, conciliar y tratar” informaciones de crédito, como morosidad y capacidad de endeudamiento, de personas físicas y jurídicas que “autoricen expresamente su inclusión”.
La GIC estará estructurada como una sociedad anónima y su control será compartido por las partes, de forma que cada entidad obtendrá el 20 % de su capital social.
De acuerdo con el comunicado, el consejo de administración estará compuesto por miembros indicados por las diferentes instituciones y sus ejecutivos tendrán dedicación exclusiva en la nueva empresa.
La creación de la gestora está sujeta a la firma de contratos definitivos entre las entidades y a la aprobación de las autoridades reguladoras.