“Mientras yo tenga los ojos abiertos seré como una pantera negra”, decía Lola Flores, de cuyo nacimiento se cumplió ayer cien años.
Nacida en Jerez de Frontera (Sur), tuvo su primera escuela de vida y arte en el bar que regentaba su padre, donde vio cantar y bailar a los gitanos flamencos de la ciudad.
“Ahora el flamenco tiene prestigio, pero en aquellos años era algo completamente marginal, vinculado a las borracheras, los burdeles y las fiestas de los señoritos; ese fue el ambiente en el que creció Lola Flores, en el que se hizo fuerte”, cuenta en una entrevista con EFE Alberto Romero, profesor de Literatura Española y autor del ensayo Lola Flores. Cultura popular, memoria sentimental e historia del espectáculo.
Ella, además de actuar para tabernas, bautizos y fiestas, comenzó a estudiar en academias de canto y baile. Con 16 años actuó por primera vez en el Teatro Villamarta de Jerez, en un espectáculo en el que conoció a Manolo Caracol, el Armstrong del flamenco, con el que formaría pareja artística durante años.
A principios de los años cuarenta, del siglo pasado, después de algunos espectáculos por Andalucía, la familia se marchó a Madrid en busca del éxito de Lola en los grandes teatros. Y tras pasar penurias económicas, la artista escaló en su carrera, tanto en cine como en teatros.
En 1943 consiguió dinero para montar su propia compañía y el espectáculo Zambra, para el que contrató a Manolo Caracol, y con él recorrieron los mejores teatros de España.
Romero cuenta que Lola Flores recogió el testigo de artistas como Concha Piquer, que se había curtido en Broadway, pero apostó por aflamencar y marcar distancias de los espectáculos recatados que se hacían entonces; ella se decantó por una copla “desbocada y sexualizada”.
Su relación con Manolo Caracol fuera de los escenarios también era escandalosa. “Ella es menor de edad, él gitano y casado, y todo el mundo lo conocía”. Pero lejos de que sobre ellos recayera la censura de la moral de la época, la pareja exhibía su situación y “lo utilizaba como morbo publicitario”, igual que la violencia que existía en la pareja. “La gente iba a ver esa pasión desenfrenada al teatro”, dice Romero.
El éxito y la popularidad de Lola Flores hicieron que la dictadura franquista tolerara “esa burbuja de libertad moral, religiosa, en las costumbres que no tienen nada que ver con el resto del país” y aceptara a “una ‘femme fatale made in Spain’ muy políticamente incorrecta”.
La artista llegó a confesar en una entrevista, al hablar sobre esa época que: “se quitó un par de embarazos”, “porque no quería parir hijos sin casarme por la Iglesia y ofrecer un hogar a mi familia”.
VIAJES. En 1952, una vez que la pareja se separó, Lola partió a México, La Habana, Río de Janeiro, Ecuador, Buenos Aires y hasta Nueva York para actuar en teatros, salas y tevé y rodar más películas. Se trajo de aquel viaje, concretamente de México, el nombre de La Faraona, con el que era conocida, tras el rodaje de la película con este título junto a Agustín Lara.
Tras actuar en Francia junto a Edith Piaf, Lola Flores inició una relación con otro de los flamencos más famosos de la época, Antonio González, El Pescaílla. Con él se casó en 1957, embarazo de la que sería su hija Lolita. Con él tuvo otros dos hijos: Antonio Flores y Rosario.
Prosiguió con su carrera en teatros, tevé y en el cine, y levantando pasiones por doquier. Flores hablaba a cara descubierta de cualquier tema, incluso de las drogas o la prostitución. “Probé la coca y los porros”, confesaba en televisión, y afirmaba que “todo se puede hacer en la vida... con método”.
No le importaba el dinero. Ayudó a mucha gente. Pero también tuvo que pedirlo cuando en el año 1987 la Hacienda española le reclamó 50 millones de pesetas.
En 1995, a los 72 años, Lola Flores moría a consecuencia de un cáncer de mama en su casa de Madrid.
EFE
A cien años del nacimiento de La Faraona se recuerda su talento, su paso por la música y la actuación, así como su valentía para levantar la voz ante temas considerados tabús en su época.
A saber
Nombre: María Dolores Flores Ruiz
Origen: Jerez de la Frontera, Cádiz
Fecha de nacimiento: 21 de enero de 1923
Nombre artístico: Lola Flores
Profesión: Actriz, bailaora y cantante.
En la música: Se inició en el género de copla y también cantó rumbas y rancheras.
En la actuación: Interpretó más de 35 películas, muchas de ellas ambientadas en el folclorismo andaluz.
Reconocimientos: Fue reconocida en México por su participación en cintas como Reportaje (1953), ¡Ay, pena, penita, pena! (1953), La Faraona (1956), y Los Tres Amores de Lola (1956).
Enfermedad y muerte: En 1972 fue diagnosticada con cáncer de mama, sometiéndose a quimioterapia. En el año 1995 falleció a consecuencia de esa enfermedad a los 72 años.