El presidente del Congreso, Blas Llano, apenas asumió en el cargo lo primero que hizo fue ordenar que vuelva a regir el horario de ocho horas de trabajo para los funcionarios.
Esta medida ya se implementó a partir de ayer en la Cámara Alta y el Congreso.
Hasta el viernes pasado, y durante mucho tiempo, tras el siniestro del edificio se había flexibilizado el horario e, inclusive, la asistencia.
Además, las autoridades administrativas consideran que con Llano al frente volverían los controles a los funcionarios y sus actividades.
El titular de la Cámara Alta, quien ocupa el cargo a partir de ayer, trajo a colación que ya se pueden utilizar varias oficinas, luego de la refacción.
El incendio de parte del edificio del Senado se había dado tras una movilización ciudadana en contra de la enmienda presidencial.
Justamente, Llano con su sector formaron parte de un acuerdo para que se pudiera llevar adelante y entren en competencia los ex presidentes Horacio Cartes y Fernando Lugo.
“Después del incendio de una parte del Congreso, no daban las condiciones como para que los funcionarios estén ocho horas”, dijo Llano.
“Pero ahora que fue restaurado totalmente, eso entonces automáticamente vuelve a regir”, remarcó.
La circular en la que se estipula el horario que ya rige se dio a conocer ya a tempranas horas. La decisión generó polémica. Los funcionarios cuestionaron porque no se les avisó con antelación, según dijeron.
La notificación lleva la firma de la directora de Recursos Humanos del Senado, Norma Cardozo, quien indica que la decisión se da “por expresas instrucciones del presidente”.
Agrega que la medida alcanza a todos los funcionarios permanentes, contratados y comisionados de la Cámara de Senadores y el Congreso.
Entre los funcionarios del Senado están atentos a los posibles cambios y nuevas disposiciones que se puedan dar, ya que tienen la experiencia de los recortes de los beneficios con Llano, quien ya fue presidente en el periodo anterior.
Una serie de movilizaciones se habían dado luego de que el liberal haya decidido dejar sin efecto algunas remuneraciones extras que se percibían en la Cámara Alta.
MATERIA PENDIENTE. Justamente cuando a Llano le tocó asumir la presidencia del Congreso, durante el gobierno de Horacio Cartes, había anunciado un plan de recorte de los gastos superfluos.
También había denunciado la creación de varias direcciones, y tras la polémica que se generó con sus decisiones, se decidió una auditoría.
Se había aprobado un pago de G. 500.000 para que el CAES (Centro de Adiestramiento en Servicios) se haga cargo del relevo sobre la cantidad de funcionarios, sus cargos y sus funciones.
Saltaron algunas irregularidades y la supuesta presencia de planilleros que habían quedado en evidencia.
Se había desatado incluso una crisis, ya posteriormente, en cuanto a la marcación de los funcionarios y los pedidos de permisos.
CORTE ADMINISTRATIVO. A puertas cerradas se llevó a cabo ayer el corte administrativo en el Congreso, en el que el ex titular Silvio Ovelar entregó el mando a Llano.
Ovelar había dicho que iba a estar presente la Contraloría y que supuestamente estaba todo en orden.