Suze Wilson, experta en liderazgo y docente de la Universidad de Massey en Nueva Zelanda, cita en un artículo tres cualidades de la carismática primera ministra de su país, Jacinda Ardern, quien lograr aplanar la curva de contagios con el nivel máximo de confinamiento de sus residentes y ciudadanos, con una cuarentena que se aplica desde el 26 de marzo.
“La capacidad de dirección, la habilidad para dotar de significado y la empatía” de los mensajes de Ardern fueron claves para convencer a la población de que las medidas eran las adecuadas, algo que se comprueba con los 1.100 casos confirmados y 11 muertes por la pandemia, para un país con 5 millones de habitantes.
La mandataria volverá a analizar la situación mañana, aunque ya adelantó que si bien se rebajarán las restricciones al nivel 3 de 4, las mismas se mantendrán por un buen tiempo.
Taiwán. “No es coincidencia” el éxito que tiene Taiwán en la lucha contra la pandemia, aseguró, por su parte, la presidenta del país, Tsai Ing-wen, a la revista Time. “Una combinación de esfuerzos de los profesionales médicos, el Gobierno, el sector privado y toda la sociedad contribuyeron a la defensa contra el Covid-19”, aseguró. Las lecciones aprendidas de la epidemia del Sars en 2003 y que dejaron muy vulnerable a Taiwán, también fueron cruciales. Por ello, “el Gobierno y la población ya estaban muy temprano en alerta”, aseguro. El país registra en este momento tan solo 398 casos y 6 fallecidos.
En tanto, Islandia dio el ejemplo al realizar la mayor cantidad de pruebas, superando incluso a Corea del Sur. En el país con una población de 364.000 personas, se hicieron 100 pruebas cada 1.000 habitantes, cubriendo a un 10% de la población. El agresivo programa de pruebas implementado por el presidente Guðni Jóhannesson ayudó a frenar la propagación del virus, al permitir a las autoridades de salud detectar y aislar a personas infectadas y contagiosas que no tenían síntomas o pensaban que solo tenían un resfriado o gripe. El país registra 1.760 casos y 9 muertos.
APLANA LA CURVA. Con la estrategia de los “Ricitos de Oro”, en alusión al cuento infantil en donde la protagonista busca el punto medio, al ordenar el confinamiento pero también dejar que sigan las actividades productivas esenciales, Australia ha logrado aplanar la curva de contagios.
El gobierno del primer ministro, Scott Morrison, se ha empeñado en mantener abiertas las escuelas y guarderías para los padres que tienen que desplazarse a sus centros de trabajo e incluso ha dado subsidios para el cuidado de los más pequeños. No obstante, ha suspendido las actividades no esenciales y se espera que el distanciamiento social dure hasta un año. Hasta ayer, el país tenía 6.468 casos y 63 muertos.
Bajo control
La epidemia del nuevo coronavirus se encuentra “bajo control” en Alemania, después de un mes de restricciones sociales, celebró el gobierno de Angela Merkel, que promete una producción masiva de mascarillas. Por primera vez, el ratio de infección, que mide el número de personas contaminadas de media por cada enfermo de Covid-19, cayó al 0,7%. El país registraba hasta ayer 143.160 casos y 4.450 muertos por el nuevo coronavirus.