El dirigente campesino Antonio Cabrera, de la zona de San Pedro, calificó ayer de “enemigos declarados” a los productores brasileños de soja y exigió su expulsión del país. que concedió a Radio 1º de Marzo.
Cabrera, quien integra uno de los grupos que amenazan con la ocupación de haciendas en el departamento, insistió en la expulsión de los brasiguayos como la única salida al conflicto agrario, y que se compren sus haciendas para transferirlas a los sintierras.
Defendió asimismo las ocupaciones de propiedades que se han incrementado en los últimos días, a pesar del acuerdo al que llegaron el sábado pasado los ministros de Interior, Rafael Filizzola, y del Ambiente, José Luis Casaccia con campesinos de San Pedro.
Los sintierras que desde el pasado 15 de agosto se instalaron frente a numerosas propiedades amenazando con ocuparlas en cualquier momento, denuncian que muchas de ellas fueron compradas o arrendadas ilegalmente por los colonos brasileños. Sostienen que los cultivos mecanizados, como el de la soja, depredan los bosques y contaminan el medio ambiente.
Por su parte, el ministro Casaccia informó que tras la denuncia de los campesinos se han inspeccionado alrededor de 60 fincas de productores de soja de la región. Alegó que la mayoría de éstas registra “algún tipo de violación de normativas medioambientales”.
TEMOR. Unos 500 productores brasileños de Canindeyú, colindante con San Pedro y en la frontera con Brasil, expresaron su temor a perder sus tierras luego del anuncio de autoridades del Indert de que se expropiarán las fincas que no se adecuan al plan de reforma agraria para redistribuirlas a los labradores.