“La producción bajó, lo que antes se hacía por 1.000 unidades ahora se hace en 500 y lo que se hacía en 500 ahora se hace en 300. Se publica menos cantidad porque tampoco se puede estar invirtiendo mucho si se sabe que el resultado no será lo deseado”, afirma Vidalia Sánchez, editora de Servilibro.
Sin embargo, la misma señala que su editorial y todas las editoriales paraguayas siguen publicando y adecuándose a las nuevas modalidades como las ventas por redes sociales, el delivery y las presentaciones online.
“Trabajamos 10 veces más para vender la mitad de lo que antes se vendía. También nos hemos dado cuenta de que las presentaciones online convienen mucho más porque llegan a más gente. Luego de los lanzamientos me llaman y envían mensajes de paraguayos que viven en el exterior porque vieron la presentación del libro por Facebook”, destaca Vidalia.
Para Alejandro Gatti, propietario de Librería Intercontinental SA, la primera fase de la pandemia fue un gran desafío por el aislamiento total y la falta total de contacto directo con los autores.
“El gran desafío fue cómo hacer las ventas, porque no había ese contacto directo con los clientes. Pero eso se fue solucionando con las presentaciones virtuales que al final tuvieron muchísimo éxito, además de las ferias de libros virtuales y la venta por las páginas web y las redes sociales, que además permitieron tener idea de qué tipo de libros está prefiriendo el público”, destaca Gatti.
El editorialista también comenta que la venta por delivery que no tenían anteriormente aumentó mucho, inclusive pedidos de librería al interior del país a través de diferentes empresas transportadoras. “En mi opinión, el mayor aprendizaje es que tuvimos que adaptarnos y ahora a través de las redes nos podemos comunicar con todos los que están en el rubro de los libros”, menciona.
Escritor. El escritor y periodista Andrés Colmán, presidente de la Sociedad de Escritores del Paraguay (SEP), comenta que ante la imposibilidad de realizar eventos presenciales se redujo bastante la posibilidad de dar salida a los materiales, pero reconoce que los lanzamientos virtuales y las ventas por sistema delivery ayudaron, aunque “fueron en una proporción mucho menor”, dice.
Igualmente, Colmán señala que la situación también afectó en lo anímico, pues muchos autores admiten que ante la angustia generada por la pandemia les costó encontrar motivaciones para escribir.
“Aún así, hubo buena producción de nuevos libros en el ámbito local. Muchos autores y editoriales sorprendieron con buenas obras. Se impuso una modalidad de ferias y ventas digitales que salvaron parte de la crisis. En el encierro obligado en sus casas, muchas personas redescubrieron la pasión por la lectura. Pero la crisis también afectó al poder adquisitivo de los lectores. Hubo poco apoyo desde el Estado; se demostró que la cultura no es prioridad para la clase política”, apunta.
Aspectos positivos y negativos
Negativos:
- Disminución de producción.
-Menos ventas.
-Falta de contacto directo con el público.
- Desinterés del Gobierno.
Positivos:
- Mayor alcance de público nacional e internacional.
- Aumento de ventas por delivery.
- Realización de exitosas ferias virtuales.