En pleno verano de 1977 unieron sus vidas en matrimonio Irma Lévera Fracchia y Aníbal Antonio Romero Sanabria. La ceremonia religiosa se desarrolló el sábado 19, ante el altar de la iglesia Cristo Rey. Allí, los contrayentes estuvieron acompañados de sus padres Aníbal Romero Ramos y Nidia Sanabria de Romero; María Elva Fracchia de Lévera y Mario Lévera, quienes fueron los padrinos del enlace.
De jóvenes Irma y Aníbal pasaron varios años como vecinos, en el barrio General Díaz, en inmediaciones de la emblemática Plaza Italia.
El tiempo los pondría aún más cerca, cruzando sus caminos en medio del bullicio de la redacción llena de máquinas de escribir y pilas de papeles, como compañeros del diario La Tribuna. Y así, en esa época, nació la historia de amor de ambos.
La pareja esperó un año de noviazgo para llegar a dar el sí, quiero. De aquel gran día, del que pasaron 43 años, guardan los recortes de diario en el álbum que hoy volvieron a abrir para recorrer sus páginas. Allí se ve a una radiante pareja. Ella vestida al estilo románico con flores en el pelo y él, con un impecable traje.
Irma y Aníbal, formaron una familia compuesta por cinco hijos: Mario Aníbal, María del Rocío, María Laura, Carolina y Jazmín de María. A la que hasta la fecha se sumaron 7 nietos.
Para Irma Lévera la esencia de un matrimonio unido no requiere secretos extraordinarios, pero si unos pilares fuertes, basados en el respeto, la tolerancia, y una construcción constante de valores y cariño.