La ofrenda, adornada con flores, comida y bebidas, fue montada en la ciudad de Monterrey, capital de Nuevo León, estado sacudido en los últimos dos años por el crimen organizado.

Detalle del altar de muertos en memoria a 51 policías, más de la mitad de ellos caídos en combate contra el crimen organizado, en la ciudad de Monterrey, en el estado mexicano de Nuevo León. EFE | Ampliar imagen
Aldo Fasci, titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Nuevo León, informó que desde 1953 han caído en cumplimiento del deber 51 policías estatales, pero más de la mitad de los asesinatos ocurrieron en los últimos meses, debido a la guerra que se libra contra el crimen organizado.
“Queremos ser solidarios con las familias de los policías caídos”, dijo Fasci el visitar el “Altar de Muertos” que se colocó en las instalaciones de la corporación policial del estado.
En la ofrenda fueron colocadas las fotografías de los comandantes y efectivos asesinados, algunos en enfrentamientos con narcotraficantes y otros “cazados” por sicarios de los cárteles que operan en la región.
Tan sólo el año pasado murieron 21 policías estatales y municipales, quienes fueron asesinados con armas de grueso calibre, como fusiles AK-47 y R-15, que usan los sicarios del narcotráfico.
México vive una ola de violencia desatada por los capos del narcotráfico, que se ha cobrado en todo el país en lo que va de este año 4.200 vidas, entre ellas alrededor de medio millar de policías federales, estatales y municipales, y soldados, además cerca de 50 niños y varios periodistas, de acuerdo con cifras de la prensa local.
Por otra parte, Fasci confirmó que en el recién atentado contra el consulado de Estados Unidos en Monterrey el crimen organizado utilizó una granada de fragmentación que fue robada al Ejército mexicano.
“Hay reportes de un lote de granadas que le robaron al Ejército hace dos años y aún se trabaja en localizar todas” esas armas, afirmó el secretario de Seguridad de Nuevo León.
Mencionó que recién fueron recuperadas algunas de esas granadas, pero precisó que el crimen organizado aún tiene un buen número de los explosivos, sin precisar la cantidad del armamento que falta por recuperar.