El romance de los goles es siempre eterno, sin dudas, como el de los tres que hubo tan solo en el primer tiempo del partido de ayer; pero la calidad del juego y la emoción también lo son. Hubo un poco de ambas cosas en Nacional-Libertad, en un casi desolado Defensores. Fueron equipos que nos brindaron una de las mejores primeras etapas de la presente temporada. Porque hubo tres tantos, porque hubo un penal desperdiciado, porque por momentos hubo calidad colectiva e individual, situaciones para empatar o para ampliar, y un ritmo competitivo. En el ida y vuelta fue mejor la visita, pues Villalba por derecha y Melgarejo por izquierda eran como saetas velocísimas en los flancos de Nacional, haciendo daño cada vez que incursionaban por sus zonas respectivas.
Fue Villalba quien se vistió de asistidor en una pelota parada, para que Gómez se reincorporara en modo Libertad con gol. El segundo fue obra del mismo Villalba, quien no dudó tras pase atrás implacable de Hernesto Caballero, al centro del área académica. Nacional no fue abúlico, ni mucho menos. Mereció el gol que encontró Alan Gómez enseguida, tras otro pase de la muerte de otro Caballero, esta vez de Gustavo. Y después Candia estrelló el balón en el travesaño, en el penal.
La segunda mitad fue manejada inteligentemente por el puntero del campeonato, pero pudo haber sufrido menos.
Libertad derrotó 1-2 a Nacional y es el único líder del torneo Apertura.