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Esta es una epidemia, y en lo que va del año ya son 48 las víctimas. Ellas son todas mujeres y fueron objeto de maltratos y violencia que las llevaron a la muerte. En esta entrevista, Myrian González Vera, directora del Centro de Documentación y Estudios, y redactora del informe sobre violencia de género del Informe de Derechos 2017 de la Codehupy, nos ayuda a entender este complejo tema.
–Se habla de feminicidio y no de homicidio.
–Feminicidio tiene un contenido político. El concepto surge en 1976, con la activista Diana Rusell, quien hablaba de femicide, asesinato de mujer realizado por hombre motivado por el odio. Después, Marcela Lagarde, antropóloga mexicana, habló de feminicidio, como delitos de lesa humanidad, secuestros de niñas y mujeres en un cuadro de colapso institucional y ausencia de un estado de derecho. Se trata de hacer una diferencia entre un asesinato común y que te maten por ser mujer.
–¿Cómo llegamos a esta situación de 48 muertes?
–Una antropóloga especialista en violencia de género, Rita Segato, me decía que nosotros estamos viviendo un proceso que es típico en el caso de la desigualdad de género y violencia: cuando una sociedad muy tradicional, patriarcal y machista empieza a cambiar sus normas a través de leyes y políticas que van garantizando mayores derechos e igualdad a las mujeres, las personas que se resisten a ese cambio se ponen más violentas. Las mujeres fuimos ganando en estos últimos 30 años muchas leyes que nos igualaron; sin embargo, las relaciones dentro de la familia no se tocaron. Y ahora se están tocando. Pensemos que hace 50 años no se sabía sobre la violencia dentro de la familia porque todo quedaba entre cuatro paredes.
–¿Qué hacemos ante esta reacción?
–Ser exigentes con el cumplimiento de la ley De protección integral a las mujeres contra toda forma de violencia, pero acompañar con educación: los niños y niñas tienen derecho a vivir una vida libre de violencia. Y ahí viene el otro pa’a con relación a la sociedad tradicional. Hace poquito el MEC saca una resolución que dice que no van a enseñar ideología de género, que le llaman ellos. Con esa resolución retrocedemos 30, 40 años. Si no les enseñamos a los niños en la casa y en la escuela, que son iguales en derechos, que su vida tiene el mismo valor, esos niños van a continuar reproduciendo esa relación desigual, en donde hay mayor reconocimiento a los hombres por ser hombres. Así como los abusos sexuales en niños: cada dos días una niña entre 9 y 14 años tiene que parir obligadamente porque fue abusada y generalmente eso ocurre en el seno de la familia. ¿Por qué? Porque a esa niña no le enseñaron ni en la casa ni en la escuela que nadie tiene que tocar su cuerpo.
–¿Hay más casos de violencia ahora?
–Hay mayor cantidad de denuncias porque hay más acceso a los medios y a los derechos. También hay más sensibilización sobre que las mujeres no deben ser maltratadas. La sociedad no es la misma que hace 20 años. Pero también es porque las mujeres fueron aprendiendo que tienen derechos; que son iguales a los hombres, que tienen que ser valoradas por su familia y su entorno social, que no tienen que ser discriminadas por ser mujeres. Se acercan más a la policía, al juzgado para denunciar, porque saben que pueden denunciar.
–¿Por qué le cuesta a una mujer salir de un ciclo de violencia?
–Básicamente porque hay una dependencia emocional y afectiva. A las mujeres se nos marca desde chicas que tenemos que formar una familia y tener hijos y vivir con el marido, ese mandato cultural es fuerte. Y a eso hay que sumarle las condiciones síquicas en esa relación, no solo de la mujeres, sino también del hombre. En el caso de Sabrina se dijo de todo: que ella era adicta, que él estaba drogado, pero esos factores no son la causa; si no, tendríamos asesinatos todos los días. No es un problema de alcoholismo o drogadicción, hay algo más, y tiene que ver con esta dependencia. Las mujeres creemos que no somos nada sin los hombres. No medimos el avance en nuestras vidas en términos de fracaso o éxito en la vida laboral, sino en el matrimonio. Si sos una divorciada la gente te marca, algo no hiciste bien, y ese algo es estar sometida a esa relación desigual. Entonces, ¿Por qué no se separan? Creo que las mujeres están muy solas.
–¿Qué tiene que hacer el Estado?
–Primero que levanten la resolución ministerial de prohibición de teoría de género. Segundo, hacer una campaña en los colegios, sobre la discriminación y el derecho a vivir una vida libre de violencia. La violencia hacia las mujeres y las niñas es una epidemia y el estado debe generar una campaña sostenida, y para eso tiene que ampliar sus servicios mas allá de Asunción. ¿A dónde se va a ir una mujer que un día es golpeada, maltratada? ¿A dónde se va a ir si vive en un distrito alejado en una localidad del interior? Así como hay Juzgados de Paz en todo el país, así como hay comisarías, debería haber centros de atención, y recursos para asesorar y acompañar. Todas las cosas que hablamos se tienen que hacer a corto y mediano plazo. Desde el Ministerio Publico y de la Corte Suprema y los juzgados hacer seguimiento a los casos de denuncias y medidas cautelares que se ponen. Porque un alto porcentaje de mujeres que son asesinadas hicieron denuncias ante la Fiscalía o en el Juzgado, pero si no hay protección judicial, esas mujeres vuelven a ser víctimas. Finalmente, todos los funcionarios tienen que aprender derechos humanos e igualdad de género. Tiene que haber sensibilidad de género para no revictimizarles.