07 feb. 2025

Las bodas del Cordero

Hoy meditamos el Evangelio según San Mateo 22:1-14.

Las parábolas de Jesús son de una riqueza inagotable y de ninguna nos podemos sentir eximidos. Nadie puede decir: “No, esta parábola no tiene nada que ver conmigo”. Cada una es una invitación directa del Señor para que revisemos el estado de nuestra alma.

La que nos encontramos en el Evangelio de hoy admite muchos niveles de lectura, pero esta vez podemos fijarnos en un detalle: el hecho de que un rey prepara un banquete para celebrar la boda de su hijo. ¿Quién es ese Rey? Dios Padre. ¿Quién es el Hijo? Evidentemente, Jesucristo. ¿Quién es la novia? La Iglesia. Por lo tanto, ¿cuál es ese banquete? La Santa Misa.

Todos los días, justo antes de la comunión, escuchamos de boca del sacerdote: este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, dichosos los invitados a la cena del Señor. Estas palabras son una combinación de lo que dice san Juan Bautista a sus discípulos (cfr. Juan 1,29) y lo que se proclama casi al final del Apocalipsis: “Bienaventurados los llamados a la cena de las bodas del Cordero” (19, 9).

No perdamos de vista que el Señor está contando esta parábola a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, es decir, a la gente considerada piadosa. Por eso, es importantísimo que los que intentamos vivir la eucaristía diariamente nos sintamos interpelados por estas palabras de Jesús. En cada misa, el Señor espera que asistamos con las debidas disposiciones.

Porque si hacemos un examen sincero, nos daremos cuenta de que a veces estamos en la misa de cuerpo presente, pero nuestra cabeza está en otro lado: se marcharon, quien a su campo, quien a su negocio. Mientras suceden las Bodas del Cordero, tantas veces nosotros estamos pensando en nuestras triviales preocupaciones.

… En cualquier caso, el Evangelio de hoy se nos presenta como una ocasión estupenda para volver a descubrir que la eucaristía es pignus vitae eternae: prenda (que es sinónimo de garantía) de la vida eterna. Vivir la Misa como lo que es, como el Cielo en la tierra, será lo que nos abrirá las puertas de la Eternidad.

(Frases extractadas de https://opusdei.org/es-py/gospel/evangelio-feria-v-vigesima-semana-tiempo-ordinario/)