Quedan pocas dudas de que los primeros cien días del gobierno de Santiago Peña han sido insatisfactorios. La opinión se ha decantado porque se esperaba más del presidente, aunque se asume que el tiempo es escaso para demostrar tanto.
Sin embargo, considerando que el Gobierno que asumió el 15 de agosto iniciaba una administración con significativa ventaja: una aplastante mayoría en el Congreso Nacional, no solamente no se ha visto firmeza, también hubo demasiados errores.
La firmeza puede estar muy relacionada con un liderazgo político débil, pues Peña gobierna bajo la sombra de su padrino Horacio Cartes. Y, en cuanto a los errores, los mismos han sido de público conocimiento y harto debatidos. Uno de ellos, los despidos de 187 contratados de Itaipú que posteriormente fueron reconsiderados; el anuncio de despidos de contratados en IPS, luego suspendido; y el escandaloso caso de la ocupación vip de la Finca 916, el negocio de despojo de tierras públicas que salpicó nada menos que al líder de bancada en el Senado, Basilio Bachi Núñez.
Hubo otros más, pero en la semana que pasó fue una especie de colofón para estos confusos cien días.
El 16 de octubre, Arnaldo Chamorro, jefe de Gabinete en representación del Ministerio de Agricultura y Ganadería, había firmado un memorándum por motivo de una intención de cooperación agrícola; además de eso los representantes extranjeros se reunieron con el ministro Carlos Giménez. En el documento, firmado por Chamorro, se puede leer que nuestro país expresaba su deseo de explorar y fortalecer relaciones diplomáticas con los Estados Unidos de Kailasa. En el documento se declaraba que nuestro país apoya la existencia de dicho supuesto Estado, y se expresaba también el deseo por parte de nuestro país de explorar relaciones diplomáticas con aquella nación.
El MAG no ha sido la única institución en caer en el desprestigio y el escándalo. Así mismo el asesor externo de la Cámara de Diputados, Fidelino Morínigo, había firmado un documento reconociendo a la nación imaginaria; lo mismo que hicieron autoridades de los municipios de María Antonia (Paraguarí) y Karapã’i (Amambay), que aparecieron en sendas fotografías con los representantes de los Estados Unidos de Kailasa.
En el memorándum firmado las autoridades paraguayas reconocieron al supremo pontífice del hinduismo, Nithyananda Paramashivam, como el soberano. Este es un gurú hindú indio de la doctrina advaita vedanta, autoproclamado dios, y es buscado en la India por violencia sexual y otros delitos. El supuesto Estado recibe el nombre de una montaña del Himalaya, que se considera la morada del dios hindú Shiva y aseguran contar con 2.000 millones de “hindúes practicantes” como parte de su población.
Los colorados oficialistas minimizaron el bochorno equiparando la vergüenza con la reunión que había tenido el ex presidente Mario Abdo con los falsos representantes de Lamborghini. Recordemos que en 2019, un tal Jorge Fernández mantuvo una reunión con Mario Abdo Benítez y la ministra de Industria y Comercio, Liz Cramer, en la que se presentó como presidente del Consejo de Administración y CEO de la empresa denominada Lamborghini Latinoamérica, la cual confirmó que no tiene vínculos comerciales con Fernández, a quien incluso demandaron por utilizar la marca.
Es inadmisible que el Estado paraguayo tenga funcionarios con manejos tan mediocres e informales, como son también inaceptables el bochorno y la vergüenza internacional que sufrimos.