07 oct. 2024

La tensión no cede el día después de la masacre en penal de Tacumbú

Luego del sangriento episodio ocurrido el martes, se descubrió un fallecido más entre los escombros que quedaron tras la lucha de internos. Todavía se vive un ambiente tenso en el lugar.

Francisco Vargas Leiva fue el séptimo interno fallecido durante la sangrienta revuelta desatada el martes en el penal de Tacumbú. El hecho fue confirmado por el Ministerio de Justicia y su cuerpo fue hallado en la mañana de ayer entre escombros por los agentes penitenciarios, quienes confirmaron que varios lugares quedaron destruidos, con las rejas arrancadas y otros destrozos que se dieron durante el amotinamiento.

El punto álgido se dio pasadas las 16:00, cuando se produjo quema de colchones y hubo enfrentamiento con armas blancas de fabricación casera, en el sector al que los internos llaman Camboya o La Jungla, según informaron los intervinientes.

Los internos cortaron el suministro de energía eléctrica y la cárcel quedó totalmente a oscuras durante toda la noche del martes y la madrugada de ayer, explicó uno de los funcionarios que estuvo en el operativo.

En las afueras de Tacumbú reinaba una tensa calma luego de las horas de terror que vivieron la noche anterior.

A pesar que la situación ya estaba controlada, al decir de las autoridades, el ambiente seguía tenso, afirmaron funcionarios del Ministerio Público que fueron al penal para el levantamiento del cuerpo y llevarlo a la Morgue. En la noche anterior no pudieron llegar hasta el lugar donde estaba el cuerpo por falta de garantías.

El padre Eugenio Valdez, capellán penitenciario, también llegó al lugar para oficiar la misa por el Miércoles de Ceniza, fecha en que la Iglesia Católica da inicio a la Cuaresma. Sin embargo, la celebración debió ser suspendida por la delicada situación que todavía se podía sentir al interior de los muros.

TRAICIÓN. Acerca de las causas del brutal enfrentamiento, todavía no se tiene una versión oficial. Sin embargo, a partir de videos que fueron difundidos se puede atribuir el hecho al Clan Rotela, grupo criminal de origen paraguayo que sería responsable de las siete muertes, tres de las víctimas decapitadas.

“La traición tiene nombre y apellido”, se escucha decir a uno de los internos mientras saca la vida a su compañero.

Se presume que el motivo de los desmanes fue el traslado de Orlando Efrén Benítez de Tacumbú a la Agrupación Especializada. El hombre habría estado trabajando en un plan de fuga que finalmente fue filtrado y llegó a oídos de las autoridades.

Esto generó una primera revuelta, que comenzó el martes en horas de la mañana y luego continuó pasadas las 17:00, con quema de colchones y enfrentamiento armado entre internos.

Por otra parte, la Corte Suprema de Justicia emitió un documento dictando una tutela jurisdiccional en relación al estado de salud de los internos que quedaron heridos luego del amotinamiento.

En el documento ordenan al director del penal que remita un informe sobre el estado de salud de los mismos y que posibilite los medios para que sean atendidos.

LA LISTA DE FALLECIDOS
Francisco Vargas Leiva, procesado por hurto agravado.
Carlos Raúl Casco Rojas, procesado por hurto agravado.
Fernando Ortiz Echeverría, procesado por hurto agravado.
Julio César Shareamm Barrios, procesado por robo agravado.
Alcides Ramón González González, procesado por robo agravado.
Julio César González Cáceres, condenado a 27 años por homicidio doloso.
Roberto Ríos, condenado a 9 años por robo agravado.