AFP
Pero la revolución sexual que generó dejó afuera a las mujeres con disfunciones y pérdida de la libido, que aún esperan un remedio milagroso que les permita volver a disfrutar de una vida sexual plena, sostienen los expertos.
Unas 65 millones de recetas de Viagra, del laboratorio estadounidense Pfizer, fueron emitidas en todo el mundo. El medicamento fue aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de EEUU, la FDA, el 27 de marzo de 1998, convirtiéndose en la primera píldora para ayudar a los hombres a conseguir una erección.
Los beneficios de este milagroso superventas se promocionaron en la televisión, en periódicos y revistas. Su comercialización coincidió con el auge del uso de internet y de la pornografía en línea.
Los términos para efectos de mercadotecnia también cambiaron: ya no es un asunto de impotencia masculina, sino de disfunción eréctil, una condición médica que ahora puede tratarse.
El Viagra se ha vendido en miles de millones de ejemplares, convirtiéndose en una fuente de ingresos inesperada para el fabricante estadounidense (Pfizer) y para los falsificadores del mundo entero.
A principios de los años 1990, los equipos del laboratorio Pfizer experimentan con un nuevo medicamento contra la angina de pecho, el citrato de sildenafilo. Las pruebas revelan la ineficacia de la nueva molécula para calmar el dolor torácico provocado por esta enfermedad. Pero entre los hombres, la toma del medicamento suscita un efecto inesperado: una erección. Y la mayoría de voluntarios da cuenta de que su vida sexual ha mejorado ampliamente.
PROMOTOR. El senador republicano Bob Dole, veterano y candidato a la presidencia de EEUU en 1996, se convirtió en su primer promotor en televisión, al admitir ante el mundo sus propios temores. “Es un poco embarazoso para mí hablar sobre disfunción eréctil, pero es muy importante para millones de hombres y sus parejas”, explicó.