Desde la serie emitida por Netflix ¡A ordenar con Marie Kondo!, la gurú japonesa del orden se instaló en los hogares creando un creciente interés por recuperar la armonía de los espacios.
Con la premisa de quedarse solamente con aquello que genere felicidad, Marie transforma a las personas y familias que requieren su ayuda. Según ella, los objetos nos transmiten alegría o tristeza solo con tocarlos, y solo aquellos que nos proporcionan “chispa” son los que tenemos que guardar. El resto, a la basura. Eso sí: no sin antes haberles agradecido el tiempo que pasaron con nosotros y la ayuda que prestaron en su momento.
Kondo, de 34 años, confesó en varias entrevistas haberse sentido atraída por el orden desde los 5 años, cuando ordenaba la clase mientras sus compañeros salían a la hora del recreo. Ella es autora de los libros La magia del orden, La felicidad después del orden y La magia del día a día. Hecho que la llevó a formar un imperio empresarial extendido por Estados Unidos e Inglaterra, con consultores certificados en su método.
EL MÉTODO. Con sencillos pasos contenidos en el método conocido como konmari, la mujer asegura que cualquier persona puede tener la casa u oficina ordenada y hacer de esto un hábito para toda la vida. La técnica se basa en pensamientos muy lógicos y prácticos ligados a la afectividad con los objetos. En primer lugar se debe desechar todas las cosas “que no despierten alegría” o no se usen hace mucho tiempo. En este punto sugiere siempre habilitar una bolsa para los objetos que podrían ser donados. En segundo, se debe asignar un lugar para cada cosa, partiendo de la necesidad de saber a donde deben volver los objetos una vez que se deje de usarlos. Entre otras cosas sugiere no complicarse a la hora de ordenar, no llenar de muebles la casa para este fin sino aprovechar al máximo los espacios con los que ya se cuenta. La japonesa traslada la idea de vivir en espacios perfectamente organizados también al área digital sugiriendo tener un control de los archivos en las computadoras y celulares bajo el mismo régimen de importancia afectiva creando dos carpetas: “Documentos importantes” y “Despiertan alegría”. Incluso se refiere a las relaciones interpersonales, sugiriendo no permanecer donde no se logre la felicidad. “Cuando ordenas tu casa, también ordenas tus asuntos y tu pasado”, asegura Kondo.