Gabriela Martínez Palma
@gabyypalma
Considerado uno de los técnicos más destacados del Gobierno actual, el viceministro de Economía y Planificación del Ministerio de Economía y Finanzas, Javier Charotti, aborda en esta entrevista su reciente designación como representante de Paraguay ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Interamericana de Inversiones (CII). Explica en qué consistirán sus funciones y cómo estas podrían beneficiar al país. Charotti comparte su visión sobre la situación económica actual y las reformas impulsadas por esta administración, en busca de promover el crecimiento y la mejora estructural de Paraguay.
–¿Cómo evalúa la economía paraguaya actual?
–La economía paraguaya muestra una dinámica bastante importante. Hemos estado creciendo; si utilizamos el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) total, el indicador acumulado de 12 meses supera el 4%, prácticamente desde julio de 2023. Y hoy en día se sitúa en torno al 4% o 5%. Además, si excluimos los componentes más volátiles, como agro y las binacionales, estamos creciendo actualmente, en el acumulado a 12 meses, un 6.28%.
Es importante situar esto en el contexto macroeconómico actual, donde se observan estos niveles de crecimiento con una inflación cercana a la meta. Soy consciente de que la evolución de los alimentos está por encima de lo deseado, y eso definitivamente es una preocupación, ya que afecta directamente al poder adquisitivo de la gente. Sin embargo, se está creciendo a estos niveles dentro de un proceso de consolidación fiscal. Cuando comenzó el Gobierno, una de sus prioridades fue restablecer los pilares macroeconómicos, que son fundamentales para poder crecer. Restablecerlos implicaba tener niveles de déficit fiscal que nos permitieran estabilizar la deuda, y que las finanzas públicas volvieran a ser uno de los pilares fundamentales y esto se está logrando.
Se redujo el déficit del 4,1% del PIB y se pagaron todas las deudas pendientes de la pandemia. Se cumplió el déficit del 2,6% del PIB y ya pasamos al 1,9% como déficit máximo para este presupuesto que ya se está ejecutando, y los datos muestran que la convergencia sigue según lo planeado. Seguramente, este año se alcanzará y cumplirá nuevamente nuestra meta establecida en las reglas fiscales después de muchos años, y eso definitivamente es un logro sumamente importante. Todo esto con 3 años consecutivos de crecimiento económico cercano o superior al 4%, algo que no ocurría desde hace muchos años.
–¿Y qué hay de la percepción de la ciudadanía promedio?
–Soy muy cuidadoso con eso porque es fácil decir que ‘la gente no está contenta’, pero ¿quién no está contento? Si nos referimos al grupo de personas que se encuentra en la parte más baja de la distribución de ingresos, que no está contenta y gana muy poco y casi no ha visto cambiar su ingreso, ahí hay razón. Los indicadores de percepción son sumamente importantes para complementar la información seria y los datos que se tienen. Puedo darte algunos indicadores de percepción que nosotros tenemos. Miremos lo que fue calle Palma la vez pasada; la gente no solo va a comer y a comprar, ¿hace cuánto no se veía algo así? Otro indicador: Hablemos con la gente de Capasu, ellos están contentos con las ventas de los supermercados. Entonces, depende mucho de a qué percepción se esté refiriendo. Y hay una situación adicional: La evolución de los precios de los alimentos, que están muy caros. La inflación es el cambio en el costo de vida de la gente, pero el costo de vida se ha mantenido elevado, especialmente en los alimentos, y eso genera malestar.
–¿Cómo evalúa estos casi 2 años de gestión y el haber liderado la integración de la STP al Ministerio de Economía?
–Se hicieron muchas cosas. Yo creo que las más importantes son la convergencia fiscal. Haber sido capaces de solucionar los problemas que surgían todavía de la pandemia, especialmente en lo que se refiere a las finanzas públicas, de una forma tal que no afectó nuestra calificación crediticia, sino todo lo contrario, fuimos capaces de aumentarlo. Se hicieron negociaciones clave con el FMI y se impulsó una agenda de reformas sumamente ambiciosa, especialmente en lo que se refiere a la empresa pública como la ANDE. También el BID Clima, que va a ser un proyecto sumamente importante para el Lago de Ypacaraí y para solucionar los problemas de fondo que se tienen ahí. La emisión en guaraní también fue un hito importante. Otro de los desafíos que va a ser realmente significativo de acá en adelante es el sistema nacional de planificación que se va a tener junto con el nuevo Plan Nacional de Desarrollo, en donde se remarca la estrategia de participación ciudadana que tiene el nuevo enfoque de no solamente unir los planes y programas y proyectos al presupuesto, sino tener un enfoque de si se aplica la política A para lograr el objetivo B en el tiempo X y que se revise en ese momento X si se cumplió o no el objetivo B. Entonces, creemos que la parte misional de lo que era la Secretaría Técnica de Planificaciones (STP) creció mucho, especialmente en lo que se refiere a todos los planes de desarrollo territoriales y también a la cooperación. Se tiene una institución mucho más eficiente y ágil. Los procesos están mucho menos burocráticos.
–¿Cuáles son los proyectos prioritarios dentro del Plan Nacional de Desarrollo 2050?
–El Plan Nacional de Desarrollo 2050 tiene como ejes centrales: Personas y sociedad, infraestructura, innovación y competitividad, ambiente y energía, y un componente más de fortalecimiento institucional, seguridad y proyección internacional. Estos ejes buscan ser inclusivos y tener una visión territorial, y luego se dividen nuevamente en componentes donde cada uno tiene objetivos estratégicos y específicos. Por ejemplo, en personas y sociedad se incluyen empleo, trabajo, pensión, salud preventiva, educación, arte y cultura, protección e inclusión social. La intención es que se generen planes, programas y proyectos transversales, y todo esto se lanzará muy pronto con una estrategia de participación ciudadana. Se trata de crear un espacio de comunicación con las gobernaciones y las intendencias, la gente, la universidad, la Iglesia, todos, y también con consultas callejeras. Ahí uno conversa con la gente sobre temas como el empleo y el trabajo, la productividad, y la mayoría habla de inserción y reinserción, la formalización del empleo y el trabajo, mandos medios y alineación de la oferta en los mercados laborales. A partir de ahí esto va al Ministerio de Trabajo, Economía, MIC y se delinea una política, o la política que ya está, se enmarca dentro de un plan nacional en los distintos planes, programas y proyectos que pueden tener cada uno de los distintos ministerios. Es la primera vez que vamos a tener un sistema nacional de planificación. La planificación se incorporará al MEF, a nuestro trabajo del día a día. Entonces, por ejemplo, todas las actividades de los ministerios se van a tener que enmarcar dentro de estos planes, programas y proyectos, porque la clave de estos planes es que tengan presupuesto y la clave es hacer un análisis de impacto: Voy a hacer A para lograr B en tal fecha, entonces vos en esa fecha chequeas si se logró B. Se lanza seguramente en el segundo semestre y muchos de los planes y programas ya están corriendo, por ejemplo, el Plan Nacional de Lucha contra la Corrupción, Hambre Cero, Tekoporã Mbarete, después todo lo que engloba a uno de los pilares fundamentales que es el ambiente de negocios, tenés las inflaciones en meta, convergencia fiscal, infraestructura social. El primer presupuesto que pasamos ya metió mucho programa de agua y saneamiento, seguimos metiendo más, muchos hospitales, unidad de salud familiar, Che Róga Porã ya es parte de infraestructura social y ahora otro que se viene también son para el déficit cualitativo de los hogares, hay gente en situación ya en habilidad.
–¿Cuáles son las perspectivas del Gobierno sobre la política fiscal y cómo se gestionan los riesgos asociados a la deuda pública?
–La convergencia fiscal viene por lo planeado. El plan que se anunció en agosto (2023) se está cumpliendo. Los números que vienen del déficit vienen de acuerdo a lo que se planeó; se planea cerrar nuestro déficit en 1,9%, que es el tope que ya hemos fijado cuando aprobamos este presupuesto el año pasado. Este año se aprobará un presupuesto con un límite máximo de 1,5%, donde cumpliremos toda la convergencia, tal como se anunció en agosto, y creemos que eso es algo sumamente importante para la estabilidad macroeconómica. En ese sentido, nuestras perspectivas son que vamos a cumplir lo que prometimos al inicio. La deuda pública se origina cuando hay déficit fiscal. Nosotros estamos tratando de que el déficit fiscal vuelva a lo que es acorde a nuestra ley de responsabilidad fiscal. Obviamente, este año tenía un déficit de 1,9, entonces quizá suba un poco, pero ya no como subía antes. Y después, tendrá que tener una dinámica descendente. Para gestionar la deuda hicimos tres cosas fundamentales: Cambiar los plazos en los vencimientos que se tenían; ahora tenemos deuda a mucho más largo plazo, guaranizar nuestra deuda; prácticamente vamos a llegar al 15% de nuestra deuda en guaraníes, cuando empezamos en torno al 5% o el 6% y, por último, se trabaja mucho en la profundización de lo que es el mercado local, el ingreso de nuevos jugadores de afuera, de no residentes. Entonces, todo ese tipo de cosas se vino trabajando para que nuestro mercado local sea mucho más profundo y mucho más líquido.
–¿Cuáles son las implicaciones y responsabilidades de este reciente nombramiento como representante de Paraguay ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Interamericana de Inversiones (CII), y cuál es el objetivo principal dentro de esta función?
–La responsabilidad principal es la de conducir las operaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con el apoyo de la junta de gobernadores. Uno de mis principales objetivos es que las operaciones del Banco reflejen la visión que tienen nuestras autoridades, de que el motor del crecimiento económico es el sector privado. En ese sentido, es importante trabajar para que las operaciones de las multilaterales permitan a las empresas y a los distintos proyectos del sector privado lograr resultados financieros favorables y maximicen el desarrollo económico, social y medioambiental. Además, Paraguay será anfitrión de la asamblea anual en marzo del próximo año. Esta elección de Paraguay como sede refleja el reconocimiento internacional de su estabilidad económica y liderazgo regional. Con este evento se consolidará el rol de Paraguay en la escena global y fortalecerá sus relaciones internacionales. Son 48 países miembros del BID y más de 3000 participantes (sus delegaciones e inversionistas) que llegarán al encuentro multilateral que impulsará la actividad económica y turística de Paraguay.