Garzón, artífice de la detención del ex dictador Augusto Pinochet, dejó el pasado viernes su puesto en la Audiencia Nacional, tras ser suspendido cautelarmente por declararse competente para investigar de forma irregular los crímenes del franquismo (1936-1975).

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, saluda al juez Baltasar Garzón al comienzo de la entrevista que han mantenido hoy en la Embajada argentina en Madrid. EFE | Ampliar imagen
Fernández de Kirchner afirmó que se siente preocupada, sorprendida y dolida por la medida contra Garzón, ya que le parece “una regresión en la concepción de la justicia universal en materia de derechos humanos”.
La entrevista con Garzón no significa “inmiscuirse en asuntos internos españoles”, dijo, antes de comentar que suele hablar con él cada vez que éste visita Argentina o ella acude a España.
Durante la inauguración de las nuevas instalaciones de la compañía Aerolíneas Argentinas en Madrid, Fernández de Kirchner destacó el “rol tan importante” desempeñado por Garzón contra los crímenes ocurridos en su país o en Chile.
Puso como ejemplo el del ex militar argentino Adolfo Scilingo, condenado en España a una pena de cárcel de más de mil años por delitos de lesa humanidad y detención ilegal durante la dictadura.
No tenemos que ver solo “la paja en el ojo ajeno” y juzgar solo a “los que están fuera” pero no “a los que cometieron delitos dentro”, señaló la primera autoridad argentina en relación con la intención de Garzón de investigar los crímenes del franquismo.
“La Justicia siempre tiene que ser para todos los lados, los propios y los ajenos” porque si no se convierte “en un doble estándar”, añadió.
Fernández de Kirchner anunció que ha invitado a Garzón a viajar a Argentina.