23 ago. 2025

La pandemia sacude los cimientos de la ya débil economía argentina

Una caída de la actividad no dada desde 2001, un déficit récord y elevadas tasas de desempleo y pobreza demuestran cómo la pandemia del Covid-19 sacude a la ya debilitada economía argentina.

Crisis. Paisaje del barrio Fuerte Apache, provincia de Buenos Aires, hoy bajo cuarentena.

Crisis. Paisaje del barrio Fuerte Apache, provincia de Buenos Aires, hoy bajo cuarentena.

Tasas de caída de actividad nunca antes vistas ni siquiera en la recordada crisis de 2001-2002 que golpeó a Argentina, un déficit galopante y una temida escalada en las tasas de desempleo y pobreza revelan cómo la crisis sanitaria provocada por la pandemia del Covid-19 sacude los cimientos de la ya débil economía del país suramericano.

El coronavirus encontró a Argentina mal parada: hace dos años que el país estaba en recesión, con altos niveles de inflación y una deuda insostenible que ahora trata de reestructurar.

La llegada del Covid-19 movió al Gobierno de Alberto Fernández a adoptar a fines de marzo estrictas medidas de aislamiento social que paralizaron la economía en abril y, aunque las restricciones se relajaron algo en mayo y junio, en julio volvieron a endurecerse, en especial en Buenos Aires y su periferia, donde se concentra la mayor parte de la actividad económica del país.

CAÍDA GALOPANTE. Aunque la actividad económica ya venía en caída, en abril se hundió el 26,4% –una magnitud sin precedentes en Argentina– hasta niveles de 2006.

Según los últimos datos oficiales, dos sectores claves también se derrumbaron en abril a una escala sin precedentes: la construcción se desplomó un 86,4% y la industria, el 34,4%. El comercio sufrió el garrotazo y cayó un 27% interanual.

Aunque hay incertidumbre de hasta cuándo caerá la economía argentina este año porque se ignora cuánto durará el aislamiento, expertos vaticinan que el desplome superará el 10,9% dado en 2002, cuando el país sufrió una de las peores crisis de su historia.

Según fuentes sectoriales, unos 24.000 comercios ya cerraron definitivamente en Buenos Aires y otros 16.000 en el interior, mientras se teme que la crisis se lleve puestas a cerca de 100.000 empresas, en especial a las pymes.

DÉFICIT. Con actividad económica por el suelo y una baja recaudación tributaria, el gasto público se disparó porque el Gobierno debe atender la crisis sanitaria y económica.

Así, el déficit fiscal primario se disparó en abril y se profundizó en mayo y consultores privados proyectan que el saldo fiscal negativo del año será del 6,4% del PIB, desde un déficit del 0,44% en 2019.

Para financiar el déficit actual, Argentina recurrió a una fuerte emisión monetaria, factor que presiona a la inflación –del 43,4% interanual en mayo– y que provoca tensiones cambiarias.

DESEMPLEO. Datos oficiales a abril muestran que el mercado laboral comenzó a resentirse, pese al decreto que prohibió temporalmente los despidos. Con esta medida, aún vigente, la tasa de desvinculación cayó un 50% interanual.

Sin embargo, los temores empresariales ante el escenario incierto generado por la pandemia derivó en un derrumbe del 75% en la contratación de nuevo personal, la peor en 20 años.

Datos oficiales dejan ver que antes de la crisis sanitaria golpeara de lleno la economía, un 40% de la población estaba desempleada.


Pobreza elevada
No hay datos actuales del nivel de pobreza, aunque la última cifra oficial, del segundo semestre de 2019, arrojaba que el 35,5% de los argentinos eran pobres y un 8%, indigentes. Hay, en tanto, datos elocuentes del resquebrajamiento social. Al Ingreso Familiar de Emergencia, un subsidio de unos 136 dólares que el Gobierno planeó al inicio dar a 3,6 millones, finalmente calificaron 9 millones, de una población de 45 millones de habitantes. EFE