“Se está desarrollando una crisis humanitaria ante nuestros ojos, dejando miles de muertos, obligando a millones de refugiados a huir de sus hogares y amenazando una recuperación económica que estaba en marcha tras dos años de pandemia”, advirtió la número dos de la organización y economista jefe de la OCDE, Laurence Boone, en un texto introductorio a las previsiones titulado El precio de la guerra.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que reúne a 38 países desarrollados, se había negado en marzo a publicar previsiones, dada la gran incertidumbre creada por la invasión rusa de Ucrania tres semanas antes.
Entonces solo había calculado que la guerra costaría más de un punto de crecimiento mundial y 2,5 puntos de inflación en un año.
Ahora prevé un crecimiento del PIB mundial del 3% en 2022, un nivel mucho menor que la anterior previsión del 4,5% de diciembre.
“El mundo pagará un alto precio por la guerra de Rusia contra Ucrania”, dijo Boone.
Antes que la OCDE, la mayoría de los grandes organismos económicos habían rebajado sucesivamente sus previsiones: el Banco Mundial pronosticó el martes un crecimiento del 2,9% para este año, y en abril el Fondo Monetario Internacional recortó su previsión al 3,6%.
Sin embargo, el coste de la guerra variará mucho según las regiones: se espera que la zona euro registre un crecimiento del 2,6%, frente a una previsión del 4,3% en diciembre, con Alemania cayendo al 1,9% (-2,2 puntos) y Francia al 2,4% (-1,8 puntos).
En América Latina, Brasil crecería 0,6%, en lugar del 1,4% previsto en diciembre. Por su parte México crecería un 1,9% (-1,4) este año, Argentina un 3,6% (+1,1) y Colombia un 6,1% (+1).
Por su parte, la previsión de Estados Unidos apunta a un crecimiento del 2,5% en 2022, frente al 3,7% previsto en diciembre, y China un 4,4% (frente al 5,1%).
La inflación es una de las mayores preocupaciones de la OCDE y aparece citada más de 800 veces en el informe de más de 200 páginas. AFP