La joven tuvo principio de anorexia a una corta edad, entre los 12 y 13 años, un trastorno alimentario que sufren tanto mujeres, como hombres adolescentes.
Llega la temporada primavera-verano, y la preocupación de las chicas de estar delgadas es una constante por lo que los padres de familia deben tener en cuenta ciertos comportamientos que deben llamarle la atención para detectar si su hija sufre este trastorno. (Ver infografía)
En el caso de Lucía Sapena, tuvo un final feliz, ya que no llegó a casos extremos, porque con el tiempo logró recuperar peso. “Comencé a preocuparme por temas realmente importantes y logré estabilidad en el peso”, rememora la cantautora al tiempo de aclarar que esto sucedió en su adolescencia y que actualmente lleva una alimentación sana.
CASOS. Los trastornos alimentarios más frecuentes en la adolescencia son la anorexia y la bulimia. “El órgano enfermo es el cerebro”, afirmó el médico siquiatra, Julio Torales, al tiempo de añadir que son trastornos mentales.
La anorexia nerviosa tiene su inicio más frecuente alrededor de los 15 años y se da más en las mujeres en una proporción de 8 a 1 con respecto a los varones.
“La sociedad en la que estamos inmersos donde se pondera la belleza por sobre todas las cosas, donde sinónimo de salud es ser extremadamente delgado, donde nos presentan una figura idealizada de la figura femenina y masculina, no realzando la necesidad de ser sanos, sino la necesidad de ser flacos para ser aceptados”, son los factores que determinan que una adolescente caiga en los trastornos alimentarios, según el profesional.
Explicó que en la etapa de transición del adolescente, algunos desarrollan el trastorno de la conducta alimentaria para ser aceptados; sin embargo, no todos la adquieren porque cada uno atraviesa la etapa de manera diferente.
“Hay un gran porcentaje de hombres que sufre anorexia, pero tarda más en consultar porque hay una cultura machista”, resaltó el médico.
La anorexia causa mayor mortalidad, en un 10% en los casos graves, pero la bulimia puede ocasionar un desgarro esofágico y llevar a la muerte.
“La calidad de vida de esas personas es terrible, así como el sufrimiento. Una persona anoréxica se mira al espejo y se ve gorda”, manifestó el especialista al tiempo de recomendar una educación para prevenir el tema.
El tratamiento debe ser con un equipo multidisciplinario, conformado por sicólogo, siquiatra, nutricionista y clínico. La duración mínima es de seis meses, y requiere de medicación y acompañamiento sicoterapéutico.
Por su parte, María Teresa Brítez, doctora en Nutrición, mencionó que en su consultorio atiende muchos casos de trastornos alimentarios. Recomendó incentivar una alimentación sana, saludable y evitar la vida sedentaria.