Los diseños de esta prestigiosa diseñadora de la caribeña Barranquilla ocuparon hoy la pasarela de III Semana Internacional de la Moda de Bogotá en su primera jornada, con una gran acogida del público.
En una entrevista con Efe, Castro reconoció que en los últimos años se perdió un poco la parte más elegante, misteriosa y femenina de la mujer y, por eso, quiso recuperar esos aspectos conjugándolos con otros del mundo actual.
Así es como los bolsos que propone para esta temporada combinan las siluetas de las décadas de los cuarenta y los cincuenta con acabados más propios de la mujer del nuevo milenio.
Y es que las creaciones de Castro se impregnan de colores neutros, así como de la paleta de tonos oscuros: “es la primera vez que me desprendo del color, quería escaparme del ruido, estaba un poco como que quería una calma”, explicó Castro.
Con tonos que combinan el chocolate, el dorado, el negro, el gris, el cobre y el oro viejo, la colombiana prosigue en su empeño de alcanzar un balance entre lo pasado y lo moderno.
Fabricados en su mayoría con pieles como el caimán, el avestruz, la mantarraya, la culebra y hasta el anguila, confieren un aspecto exótico, pero a la vez distinguido a las mujeres que los lucen.
Castro se confesó como una amante de este tipo de pieles porque, a su juicio, “son piezas de arte” porque todas son diferentes, “no hay una igual a la otra”.
Además otorgan a quienes las lucen la particular ventaja de que, aunque coincidan con otra persona que lleve el mismo modelo, su prenda aún así conservará su toque original e inigualable.
Sobre el origen de estas pieles, apostilló que siempre deben provenir de criaderos legalmente establecidos.