El índice de precios al consumidor (IPC) alcanzó en los últimos 12 meses un 263,4%, uno de los niveles más altos del mundo, mientras que en los primeros siete meses del año llegó a 87%.
Los aumentos estuvieron impulsados por los rubros “restaurantes y hoteles” (6,5%), “bebidas alcohólicas y tabaco” (6,1%) y “vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” (6%).
Después de la explosión inflacionaria del 25,5% en diciembre, propulsada por la devaluación del peso al comienzo del gobierno de Javier Milei, el IPC se fue moderando hasta llegar a 4,2% en mayo, 4,6% en junio y el actual 4%, que quedó al borde de contrarrestar la marca de enero de 2022 (3,9%).
El Gobierno argentino obtuvo en el primer semestre de este año el primer superávit fiscal desde 2008, gracias a un drástico recorte de presupuesto, la paralización de obras públicas, decenas de miles de despidos, congelamiento de fondos para educación y salud y reducción de jubilaciones y ayudas sociales.
Pasó el peor momento. ”Cuando miramos el mapa de actividad, las luces verdes cada vez ganan un poco más de terreno, y técnicamente la recesión vivió su peor momento en abril y mayo”, celebró Milei este miércoles ante empresarios.
El mandatario destacó el trabajo de sus ministros para lograr “una macroeconomía ordenada para darle solución definitiva a la inflación; un profundo recorte del gasto público y una atención obsesiva a desregular y devolverle la libertad a cada uno de los argentinos”.
El economista y diputado de la oposición Martín Tetaz señaló que “luego de haber bajado sistemáticamente hasta el mes de mayo, la inflación lleva tres meses en torno del 4% mensual (60% anualizado)”. “La meseta es consistente con el aumento de la brecha cambiaria y la caída real de depósitos a plazo”, escribió. El Fondo Monetario Internacional prevé una contracción de 3,5% para 2024, antes de una recuperación de 5% para 2025. AFP