El indicador suma ya un semestre en negativo, en el que ha agudizado su caída con el dato de diciembre que marca la tasa más baja desde julio de 2009 (cuando los precios cayeron el 1 %).
Además de los carburantes, también influyó en la aceleración del descenso la estabilidad de los precios de las legumbres y hortalizas frescas (frente a la subida de un año antes) y el abaratamiento del gasóleo para calefacción.
En concreto, los precios de la energía registraron un descenso del 5,5 %, casi cuatro puntos peor que en noviembre, debido al abaratamiento de los carburantes y lubricantes, frente a la subida de un año antes.
También afectó el comportamiento de los alimentos y bebidas no alcohólicas, cuyos precios bajaron el 0,3 %.
Los precios de la vivienda registraron un descenso del 0,2 %, dos décimas peor, por el abaratamiento del gasóleo para calefacción.
Los sectores restantes se mantuvieron más o menos estables, aunque el ocio y la cultura moderaron su descenso hasta el 0,2 %, debido al mayor encarecimiento de los viajes organizados.