De acuerdo con el estatal Instituto de Geografía y Estadística (Ibge), la inflación acumula un alza del 5,67 % entre enero y agosto, por encima de la meta fijada por el Gobierno, que es del 3,75%, con un margen de tolerancia de dos puntos porcentuales hacia abajo (2,25%) y hacia arriba (5,25%).
En los últimos 12 meses del año, la inflación llegó al 9,68%, la más alta desde febrero de 2016, cuando rompió la barrera del 10%, y superó así las proyecciones del mercado. “La inflación se está comportando de una manera diferente de lo que el mercado preveía. El mercado creía en una inflación descendiente”, afirmó Mauro Rochlin, economista del centro de estudios Fundación Getulio Vargas (FGV). El indicador se ha visto presionado sobre todo por el incremento de los precios del transporte (1,46%) y concretamente por los combustibles, que aumentaron un 2,96% en agosto respecto a julio. La gasolina ha sido uno de los principales focos de la inflación, ya que entre enero y agosto de este año su precio escaló un 31%, impulsado por los reajustes, la depreciación del real y los valores del mercado. El grupo de alimentos y bebidas también tuvo un fuerte impacto en la inflación en el mes de agosto, tras subir un 1,39%, así como la energía eléctrica, encarecida por la crisis hídrica que vive el país, la más grave en los últimos 91 años. EFE