“Si bien la situación sigue siendo muy fluida y las perspectivas están sujetas a una incertidumbre extraordinaria, las consecuencias económicas ya son muy graves”, señaló el FMI después de una reunión de su junta ejecutiva. “Si el conflicto se intensifica, el daño económico sería aún más devastador”, destacó el organismo. El repunte de los precios de la energía y de las materias primas en general, con el barril de petróleo ahora cotizado a cerca de 120 dólares, se suma al repunte inflacionario que ya vivía el mundo al término de la pandemia del Covid-19. “El salto de los precios tendrá efectos en todo el mundo, en particular en los hogares de bajos ingresos para quienes los gastos en alimentos y energía representan una proporción mayor” de su presupuesto que el promedio, adelantó el Fondo.
En cuanto a Ucrania, ya está claro que el país tendría que afrontar costes significativos relacionados con la reactivación de la economía y la reconstrucción de edificios e instalaciones totalmente destruidos o dañados.
Según el FMI, la asistencia financiera de emergencia solicitada por Ucrania, y que la entidad informó el 25 de febrero, ascendía a 1.400 millones de dólares. La solicitud podría presentarse formalmente a la junta directiva del FMI a partir de la próxima semana. Los países que tienen estrechas relaciones con Ucrania y Rusia están particularmente en riesgo de escasez y problemas de suministro, subraya el FMI.
materias primas. Analistas consultados coinciden en que, a pesar de que uno de los principales problemas del Viejo Continente es su dependencia energética de Rusia, especialmente en Bosnia, Moldavia, Finlandia o Letonia, la incertidumbre también pasará factura a elementos tan cotidianos como tecnología y la alimentación.
La economista jefe de Singular Bank, Alicia Coronil, opina que el ambiente geopolítico influye en el avance de los precios de metales como paladio, aluminio o níquel, dada la importancia de Rusia en su producción y exportación. A esta circunstancia apunta un reciente informe del Instituto de Comercio Exterior de España (ICEX), que advierte de que los minerales son entre el 60 y el 70% de las exportaciones rusas.
La Federación Rusa cuenta con una de las bases de recursos minerales más grandes del mundo: una sexta parte de las reservas de hierro está en Kursk, cerca de la frontera con Ucrania.
También destaca la bauxita, de la que se obtiene el aluminio; el cadmio, pigmento de pinturas; el boro, semiconductor utilizado en reactores nucleares y en la producción de hidrógeno; y el cobalto, frecuente en aeronáutica. Junto a ellos, el wolframio, fundamental en medicina por su aplicación a los rayos X; y el manganeso, común en suplementos vitamínicos, fertilizantes, latas y componente de la gasolina.
En la lista aparecen, los diamantes, donde Rusia es líder mundial en producción y reservas, metales de gran popularidad como el oro, consolidado como refugio de los inversores en tiempos de incertidumbre como estos.