“En la Iglesia y en el mundo hay una fuerte necesidad de redescubrir el significado y el valor de la unión conyugal entre un hombre y una mujer, sobre la que se funda la familia”, dijo el Pontífice, al recibir a los prelados auditores, funcionarios, abogados y colaboradores del Tribunal, incluido su presidente, monseñor Alejandro Arellano.
De hecho, resaltó, la ignorancia práctica, tanto personal como colectiva, sobre el matrimonio es un aspecto ciertamente no secundario de la crisis que afecta a tantas familias. A juicio de Francisco, el matrimonio según la Revelación cristiana no es una ceremonia o un acontecimiento social, ni tampoco una formalidad; ni siquiera es un ideal abstracto: El matrimonio es una realidad con una consistencia propia y precisa, no una gratificación afectiva que puede modificarse según la sensibilidad de cada persona. El Pontífice también dijo que no hay que idealizar el matrimonio, como si solo existiera donde no hay problemas. EFE