Teresa Domínguez
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El esplendor de Asunción se apaga a la noche cuando los negocios cierran sus puertas y la gente queda a expensas, por la falta de iluminación y de la escasa presencia policial.
Tramos de importantes arterias como Haedo, Mariscal López, Palma y otros, presentan focos quemados, por lo que la ciudadanía se siente muy expuesta a los peligros, sobre todo porque además tienen que esperar el colectivo por largos minutos.
La determinación de las zonas de corredores de colectivos por las obras viales en el microcentro, obliga a los usuarios del transporte a caminar más cuadras en condiciones de inseguridad.
Para la ANDE, la necesidad de reposición de focos no es una novedad. Arnaldo González, vocero de la institución, indicó que no podía precisar la cantidad de pedidos de reposición del alumbrado público, pero estima que la cifra superaría los mil reclamos.
“Estamos saliendo de una crisis eléctrica en la cual se priorizaron trabajos del mantenimiento del servicio durante los meses de enero, febrero y marzo. La crisis nos consumió la totalidad de los esfuerzos”, recalcó.
Asumió que “pueden haber algunas zonas con problemas, pero se deben a un atraso comprensible, considerando que estábamos priorizando la atención de los usuarios, el mantenimiento de las líneas y los trabajos de licitación y terminación de líneas”, afirmó.
Sostuvo que existe un retraso en la atención de las denuncias sobre reposición del alumbrado público.
Explicó que muchos focos no funcionan como consecuencia del vandalismo y otros, por el paso del tiempo.
PERCEPCIÓN. Para Lucía Acosta, empleada de un negocio del centro, las luces rojizas del alumbrado público no sirven para iluminar con claridad las calles. Otras personas perciben que los árboles obstruyen la luz, y que las zonas de algunas plazas son muy oscuras.
La casi nula presencia policial es otra de las notorias carencias que suma inquietud en la ciudadanía que transita por el centro, en especial a la tarde y noche, al terminar las jornadas de estudios y laborales.
A la hora de la salida de los lugares de trabajo, colegios y universidades, los estudiantes y empleados de comercios se organizan en grupos para caminar hasta las paradas.
Otros esperan el colectivo en zonas cercanas a instituciones oficiales, como la Fiscalía, sobre Herrera y Nuestra Señora de la Asunción, porque el local tiene resguardo policial.
Según un vendedor, Miguel Gómez, la zona comprendida entre la Iglesia de la Encarnación y la calle Nuestra Señora de la Asunción, es la más peligrosa.
Para Claudia Ojeda, la presencia policial debe ser las 24 horas ya que “la falta de iluminación hace propicio todo tipo de inseguridad en la vía pública”.