“Hay mucho entusiasmo. Va a ser una siembra masiva, sin pausa, para tratar de recuperar el tiempo y mientras haya humedad en el suelo se va a sembrar”, expresó el dirigente sobre el operativo para llegar a 3,6 millones de hectáreas de cultivo.
El calendario agrícola empieza así de manera atrasada, incluso más que el año pasado, lo que repercutirá en un trabajo más ajustado de los agricultores. “El riesgo es mayor cuando más concentrado está y menos escalonado, pero bueno, es lo que queda”, advirtió al respecto Cristaldo.
A partir de la siembra, quedan unos 45 días para el desarrollo de planta, para nuevamente ingresar a la etapa crítica de floración y carga de granos, periodo en el que necesita nuevamente de humedad para tener un buen rendimiento.
A los riesgos se suma que habrá menos lluvia de lo normal, situación que lleva a los productores a tomar decisiones difíciles, como aquellos que plantaron en suelo seco, a la espera de lluvias.
Dinamismo. La Asociación de Productores de Soja describe una impresionante movilización económica en esta etapa, con el desplazamiento de unos 25.000 tractores, que consumen combustibles, así como la contratación de ayudantes y servicio de fletes.
El ex ministro de Hacienda Manuel Ferreira también auguró un buen dinamismo en los sectores económicos a partir de las últimas lluvias. “La agricultura debe tener una buena performance para que los demás sectores, sobre todo comercio y servicios, los más afectados por la pandemia, puedan recuperarse”, mencionó en su cuenta de Twitter.
Las precipitaciones de los últimos dos días beneficiaron a todas las áreas de siembra que estaban pasando por una condición crítica de sequía y que ahora son aptas para el cultivo generalizado.