Un gobierno débil, como se avizora según todas las encuestas (Evo Morales obtendría el 32% y Carlos Mesa el 27%), es inconveniente, especialmente porque la próxima administración, sea cual fuere, debe aplicar medidas correctivas para una época de franca declinación de los precios internacionales de las materias primas que Bolivia exporta (gas y minerales).
Aupado en la buena salud de la economía, el presidente Morales busca su cuarto mandato consecutivo frente al ex presidente Mesa. En el cierre de campaña dijo que el pueblo solo tiene un pedido: cuide la economía.
“Sea quien sea, el ganador no tendrá mayoría, habrá un congreso dividido y la gobernabilidad será más complicada”, vaticina Ibo Blazicevic, de la Cámara Nacional de Industrias. “Además hay un contexto internacional de declive en el crecimiento mundial”, agrega.
Michael Shifter, del centro de análisis Diálogo Interamericano, señala que con la caída de los precios de las materias primas, el Gobierno de Morales se vio obligado a pedir préstamos y reducir las reservas para tratar de mantener los buenos tiempos.
Los logros. Según el ministro de Economía, Luis Arce, desde que asumió el mandatario izquierdista, el ingreso de los bolivianos (PIB) se cuadruplicó, al pasar de 9.500 a 40.800 millones de dólares. El FMI pronostica un crecimiento para Bolivia de 3,9% en 2019. Cuando llegó al poder, en 2006, Morales encaró un proceso constante de nacionalizaciones, que inició con la expropiación de los hidrocarburos, en manos desde mediados de los 90, de una docena de compañías extranjeras. Las nuevas reglas de juego que le dieron a Bolivia el control del negocio petrolero permitieron, por ejemplo, la creación de subsidios sociales. “A nivel regional Bolivia dejó de ser el país más pobre y (la pobreza) pasó de 38,7% en 2005 a 17,1% en 2017”.
Pero la oposición le endilga a Morales un mal manejo de la economía a la vista del agudo endeudamiento: en 2006 la deuda externa bordeaba los 5.000 millones de dólares y a julio de este año alcanzaba 10.605 millones. ”Hemos duplicado la deuda externa. Sí y lo decimos con claridad y sin sonrojarnos. Pero lo que no dice la oposición es que el ingreso de los bolivianos se cuadruplicó”, arguyó Arce.