“No voy a la Cumbre porque no se invita a todos los países de América y yo creo en la necesidad de cambiar la política que se ha venido imponiendo desde hace siglos, la exclusión”, dijo el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, pese a que el mandatario estadounidense Joe Biden le instó a asistir.
En su lugar estará el canciller Marcelo Ebrard.
Washington confirmó el lunes que no invitará al encuentro a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
“Estados Unidos sigue manteniendo reservas sobre la falta de espacios democráticos y la situación de los derechos humanos en Cuba, Nicaragua y Venezuela”, dijo a la AFP un funcionario del Gobierno de Biden al explicar la decisión.
TRADICIÓN DEMOCRÁTICA. “Tenemos que respetar la tradición democrática de la Cumbre de las Américas”, sostuvo el jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, Brian Nichols, quien participa de una reunión de la sociedad civil en el marco de la cumbre en Los Ángeles.
El diplomático dijo que Venezuela estará representada por un delegado de Juan Guaidó, líder opositor a quien Estados Unidos y unos 50 países más reconocen como presidente interino.
“El evento ya es un fracaso neoliberal” que “aísla y desconecta a EEUU de nuestra América. Se conocen presiones y chantajes”, escribió en Twitter el canciller cubano, Bruno Rodríguez. El presidente Miguel Díaz-Canel ya había dicho que no asistiría.
Por su parte, el líder disidente cubano Manuel Cuesta Morúa denunció en Twitter que el gobierno impidió el viaje de opositores a la Cumbre. “Un régimen excluyente que protesta cuando le excluyen”, sostuvo.
Los presidentes de Honduras, Xiomara Castro, quien se alineó con AMLO, y de Guatemala, Alejandro Giammattei, cuya gestión ha recibido críticas de la Casa Blanca, ya anunciaron que tampoco asistirán.
El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, canceló el lunes su viaje tras dar positivo al Covid-19.
El presidente boliviano, Luis Arce, también ha dicho que no viajará a Los Ángeles si no van todos, mientras el bloque de las 14 naciones del Caribe también ha puesto en duda su presencia.
Durante la semana habrá reuniones de la sociedad civil, encuentros académicos y de líderes empresariales. Las plenarias presidenciales están previstas para el jueves 9 y el viernes 10. La cumbre se celebra con la guerra en Ucrania como telón de fondo, permitirá a Biden reunirse con algunos de sus colegas, como el brasileño Jair Bolsonaro.
Pese a la ausencia de varios mandatarios, está previsto que de la cumbre surjan acuerdos para impulsar la economía, la recuperación pospandemia y la lucha contra el calentamiento global. Y sobre todo, frenar la migración, un tema que puede pasarle factura a Biden en las elecciones de medio mandato de noviembre, en las que se juega el control del Congreso.
OEA pide defender la democracia
El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en el acto de inauguración del foro, afirmó que la cumbre se produce en un “momento histórico” que debe servir para “fortalecer las relaciones interamericanas” y que refleja el deseo de “renovar la alianza hemisférica”. Es el momento de “defender con firmeza y determinación” la democracia y encontrar soluciones para los problemas estructurales que afectan al continente, agregó.