“La penitencia que nos pide el Señor, como cristianos en medio del mundo, ha de ser discreta, alegre; que quiere pasar inadvertida, pero no deja de traducirse en abundantes hechos concretos. Por lo demás, tampoco importa mucho si alguna vez se advierte”. “Si han sido testigos de tus debilidades y miserias, ‘¿qué importa que lo sean de tu penitencia?’. Si otras personas han sido testigos de nuestro mal genio o falta de amor, o de nuestra pereza, o de otros pecados, no nos debe importar que sepan y vean que estamos reparando esas debilidades”.
El papa Francisco a propósito de la lectura de hoy dijo: “Yo no puedo decir: Pero no, yo cumplo los tres primeros mandamientos...y los otros más o menos”. No, si tú no haces estos, eso no puedes hacerlo y si tú haces estos, debes hacer esto.
Están unidos: el amor a Dios y el amor al prójimo son una unidad y si tú quieres hacer penitencia, real no formal, debes hacerla ante Dios y también con tu hermano, con el prójimo.
Se puede tener tanta fe, pero, como dice el Apóstol Santiago, si no haces obras esa fe está muerta, ¿para qué sirve?
De este modo, a quien va a Misa todos los domingos y toma la comunión, se le puede preguntar: “¿Y cómo es tu relación con tus empleados? ¿Les pagas en negro? ¿Les pagas el salario justo? ¿También depositas las contribuciones para la jubilación y para el seguro sanitario?”.
Cuántos, cuántos hombres y mujeres de fe, tienen fe pero dividen las tablas de la ley: “Sí, sí yo hago esto”-“¿Pero tú das la limosna?”. “Sí, sí, siempre envío un cheque a la Iglesia”, “Ah, bien, está bien. Pero en tu Iglesia, en tu casa, con aquellos que dependen de ti, ya sean hijos, o abuelos, o empleados, ¿eres generoso, eres justo?”.
“No es un buen cristiano el que no se priva de algo necesario, para dar a otro que tenga necesidad”.
(Frases extractadas de http://www.homiletica.org/francisfernandez/franciscofernandez0116.htm y https://www.pildorasdefe.net/liturgia/evangelio-mateo-5-20-26-deja-ofrenda-reconciliate-primero-con-tu-hermano).