24 ago. 2025

La bohemia inspirada de Vinicius de Morães

Es muy probable que la figura del gran poeta de Brasil, Vinicius de Morães, se recuerde más por sus canciones, por su voz afinada con un timbre bohemio, por haber sido el autor junto a Tom Jobim de Garota de Ipanema. Se recuerdan sus discos trasnochados con excelentes músicos y cantantes como Toquinho, Chico Buarque o María Creuza. Pero, a treinta años de su muerte, es justo recordarlo como poeta. Escribía respetando solamente la métrica de su alma, con versos a veces breves, otras muy largos en cada línea, pero que se leían con frescura y una sinceridad sin concesiones. Sus temas preferidos: la amistad, el amor, las mujeres, la bohemia que le llevó a hacer un cántico al día más festivo de la semana en Porque hoy es sábado.

Cuando se habla de frescura y ligereza en sus textos, de fácil lectura, en donde creaba una complicidad con el lector, no se quiere significar que no tocó temas urticantes en una Latinoamérica asediada por las dictaduras. O el estrago que significó el bombardeo atómico a Japón, que volcó en el poema “La rosa de Hiroshima”, en donde dice: “Piensen en las criaturas/ Piensen en las niñas/ Ciegas inexactas/ Piensen en las mujeres/ Rotas alteradas/ Piensen en las heridas/ Como rosas cálidas/ Pero oh no se olviden/ De la rosa de la rosa/ De la rosa de Hiroshi- ma”. En el soneto a un amigo dice sencillamente: “Un bicho igual a mí, simple y humano/ sabiendo moverse y conmoverse/ y disfrazarse con mi propio engaño”. A su estilo podrán acercarse, de una manera contundente, con el poema que acompaña este comentario y que es un claro ejemplo de una filosofía de vida. Para conocerlo un poco mejor, diremos que nació en Río de Janeiro, en 1913. Como poeta tuvo un éxito inmediato con su primer libro: Un camino para la distancia, cuando todavía cursaba la carrera de Derecho. Pero su inquietud literaria lo llevó a Inglaterra, donde estudió Literatura Inglesa, en la Universidad de Oxford; luego se dedicó a la diplomacia, prestando servicios consulares en Estados Unidos, Francia y Uruguay. Debido a su gran pasión por la vida nocturna y bohemia, fue expulsado del servicio diplomático.

Vinicius escribió una obra de teatro, Orfeu de Conceição, que fue llevada al cine bajo el título de Orfeo Negro. Este filme ganó la Palma de Oro en Cannes, en 1958, y un Oscar, en 1959. A causa de perseverar en su vida bohemia, desatendiendo su salud, falleció en 1980, pero dejó un legado de poesía de alto contenido lírico y sensibilidad emotiva. Uno de sus mejores discos, aparecido a finales de los sesenta, es uno en vivo: La Fusa, grabado en un café concert del mismo nombre, en Mar del Plata. Allí canta e improvisa con Toquinho y María Creuza.

El clima bohemio del disco se logró grabando los temas en los estudios y anexándoles después los aplausos del público cuando aplaudían los mismos temas en vivo. Hace treinta años que se nos apagó esa bohemia y han quedado como una vela prendida de nostalgia canciones como Garota de Ipanema, Insensatez, Agua de beber, Yo sé que te voy a amar, con musicalización de Tom Jobim; y Una tarde en Itapoã o la conocida Tonga da mironga do kabuletê, musicalizadas por Toquinho. Vinicius de Morães, brasileño de pura cepa, se calificaba a sí mismo como el “blanco más negro de todo el Brasil”.

En este 2010 se cumplieron treinta años de la muerte de este gran poeta brasileño y artista, que hizo de su vida un culto de la vida displicente, que enriqueció el acervo musical de Brasil.

Evocación

César González Páez

Periodista

cesarpaez@uhora.com.py

Mensaje a la poesía

No puedo

No es posible

Díganle que es totalmente imposible

Ahora no puede ser

Es imposible

No puedo

Díganle que estoy tristísimo, pero esta noche no puedo ir a su encuentro.

Cuéntenle que hay millones de cuerpos por enterrar

Muchas ciudades por reconstruir, mucha pobreza en el mundo;

Cuéntenle que hay en alguna parte del mundo una criatura llorando

Y las mujeres están volviéndose locas y hay legiones de ellas que tortura

la nostalgia de sus hombres; cuéntenle que hay un vacío

en los ojos de los parias, cuya inanición es extrema; cuéntenle

que la vergüenza, la deshonra, el suicidio, rondan el hogar

y que se quiere reconquistar la vida.

Vinicius de Morães