17 ene. 2025

La abundancia en lo pequeño

Hoy meditamos el Evangelio según San Mateo 5, 17-19.

“No penséis que he venido a abolir la Ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles su plenitud”. Somos felices en la medida en que escuchamos, vivimos y difundimos la Palabra de Dios.

Nos encontramos en el monte de las bienaventuranzas a orillas del lago de Genesaret y escuchamos parte del sermón de la montaña que recoge San Mateo en su Evangelio.

Todo el paisaje habla de vida, de vida en abundancia.

Y en esa línea dice Jesús, como en sintonía con el paisaje que le rodea, a quienes le escuchaban: “No penséis que he venido a abolir la Ley o los profetas: no he venido a abolirlos, sino a darles su plenitud”. En continuidad con el Antiguo Testamento, Jesús ha venido a traernos la vida plena. Quiere que seamos felices. Y cuánto más felices mejor.

Sabe Jesús que solo somos felices en la medida en que escuchamos, vivimos y difundimos su Palabra: el que cumpla y enseñe estos mandamientos será grande en el Reino de los Cielos.

Aquí en la tierra hay que vivir en lo pequeño. La pequeñez de ahora nos hará grandes en el Reino de los Cielos. Pequeña es la santa hostia que recibimos en la Comunión, y contiene la santa grandeza de Jesús.

Estos días de Cuaresma, mientras nos encaminamos a revivir la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor son una ocasión estupenda para meditar si avanzamos en fidelidad al Señor. Si damos importancia a los pequeños detalles, si afinamos y si volvemos al camino por medio del arrepentimiento.

(Frases extractadas de https://opusdei.org/es-py/gospel/2023-03-15/)