La propuesta tiene cuatro ejes. El primero es la creación de un equipo bicameral del Congreso, de modo que la actuación de ambas cámaras ya no sea por separado.
Segundo, la reforma de las fuerzas de seguridad que debe estar a cargo de esta comisión bicameral; esta reforma debe ser de la Policía, que hoy día está separada de Interior; y que contemple la formación de un grupo de élite, como lo es el Grupo Lince, y que trabaje con grupos de élite del Ministerio Público, Poder Judicial, Hacienda, otros.
El tercer eje es solicitar colaboración internacional para luchar contra el crimen organizado; y cuarto y último punto, convocar al ministro de Hacienda para construir una rutina que ayude con la eficiencia del gasto público.
Resaltó que muchos recursos económicos se destinaron para perseguir inocentes en la pandemia con total impunidad, por lo que un simple aumento, como el que se pretende destinar a la Fiscalía, no será la solución si no hay una reforma, con mayor eficiencia en la política criminal.
Otro punto importante al que hizo énfasis fue en seguir la ruta del dinero, en cuanto al financiamiento político, y controlar quiénes proveen las balas, exigiendo la trazabilidad de insumos balísticos, que se utilizan en el crimen organizado.