Armados con palos, encapuchados y preparados para hacer justicia por manos propias, vecinos de varias localidades del país salen a patrullar las calles para hacer frente a la ola de inseguridad.
“Acá estamos preparados con los amigos. Van a ligar su parte”, avisan un grupo de vecinos de los barrios Santa Teresa y Nueva Esperanza de la localidad de Hernandarias, que grabaron un video que difundieron por las redes sociales.
Afirman que en la zona la policía está sobrepasada y que ellos tienen que tomar las riendas de la seguridad de sus barrios por una cuestión de necesidad. En las redes indican que llaman a los agentes policiales cuando ocurre alguna emergencia, pero no se pueden comunicar con ellos. Esto genera una sensación de descontento entre los pobladores, sobre todo ante los casos de robos realizados por adictos al crac, conocidos como “chespis”, que entran en el mundo delictual para obtener dinero y comprar su dosis de droga.
Un fenómeno similar se da en Areguá, donde los pobladores se ponen de acuerdo para patrullar las calles y hacer frente a los asaltantes, sobre todo a los que cometen sus golpes de a dos y montados en motocicleta.
Lo llamativo es que en este lugar son mujeres las que no dudan en tomar la posta en el control de la seguridad. “Nos unimos todos los vecinos; somos cuatro comisiones vecinales. La mayoría somos mujeres, que, a veces, lideramos más y salimos a la calle por las noches”, cuenta Vidalina Olmedo, que aprendió a usar la picana eléctrica y manejar otros objetos contundentes, como palos, para defenderse.
Vidalina vive en el barrio San Blas y asegura que ya está habituada a escuchar noticias de un vecino que fue herido por motochorros u otro que fue perjudicado de forma similar, por lo que se decidió a ser protagonista.
En su opinión, los policías encargados de cubrir la zona tienen las mejores intenciones, pero no tienen los elementos necesarios para realizar el trabajo. “Tenemos una sola patrullera para 17.000 habitantes en 24 compañías. No pueden hacer mucho, pero sentimos el apoyo de ellos”, agregó.
En el barrio Sajonia de Asunción usan silbidos, bocinazos, mensajes de WhatsApp y llamadas para alertar a la “comisión garrote” ante algún hecho de robo.
Estos casos se repiten en varias localidades de la zona metropolitana de Asunción, como en otros lugares.
“La ciudadanía no puede responsabilizarse de la seguridad”
El abogado y criminólogo Juan Martens, especialista en DDHH, manifestó que “el Ministerio del Interior y la Policía Nacional no pueden alentar a la ciudadanía a organizarse, incluso armados, para contribuir con la seguridad”.
“Es preocupante el plan que llaman como seguridad ciudadana. Se tiende al abuso de poder. Hubo casos de que detenidos por estas organizaciones vecinales resultaron asesinados“, expresó Martens.
En ese sentido, resaltó que la responsabilidad de brindar seguridad a la ciudadanía es exclusivamente del Estado, a través del Ministerio del Interior y la Policía Nacional. “Es un derecho que el Estado nos garantice seguridad”, remarcó.
Por ende, el especialista aconsejó la desarticulación de las organizaciones vecinales comúnmente conocidas como “comisión garrote”, y repitió que “la Policía se debe preocupar más por brindar seguridad”. También indicó que “existen muchas maneras para combatir la inseguridad sin exponer a la ciudadanía. “Pero que se esté armando a la gente no es bueno”, concluyó.