La Itaipú paralelamente ya implantó 5.500 mudas de especies nativas en el área que actualmente se está reforestando y ahora varias instituciones trabajan para atender el problema socioambiental de la zona.
El inmueble había sido invadido en enero pasado, según la denuncia realizada ante la Fiscalía, por parte de 8 familias aproximadamente, que en 6 meses llegaron a desmontar unas 13 hectáreas de tierras, atendiendo a los antecedentes. Paralelamente a la acción penal, las autoridades iniciaron acciones para abordar el problema social de 2 asentamientos ubicados en las inmediaciones, que albergan a cerca de 200 familias campesinas. Ahora varias instituciones están abocadas a la búsqueda de una salida al problema socioambiental existente en el lugar, donde hay un asentamiento del Indert y otro precario de campesinos sin tierras, porque se considera que los delitos ambientales están relacionados con problemas estructurales de las comunidades vecinas.
promesa. Como primer paso se llegó a un acuerdo entre la Municipalidad de Mbaracayú, el Ministerio de Desarrollo Social, la Itaipú Binacional y el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra para buscar una solución integral para mejorar las condiciones de vida de los campesinos asentados en el área. La tarea se inicia con un censo de las familias, para conocer sus actividades productivas. “La promesa es que van a darles una mejor condición de vida a esas familias de los asentamientos, como viviendas y agua potable. Los que talan los árboles no son los asentados originales del lugar, sino que vienen de otro lado y están entre ellos. Ahora bien, desde el año 2016 hay problemas allí, porque los campesinos ya habían entrado a talar árboles y en una reunión interinstitucional también habíamos logrado parar la invasión. Pero nadie más les hizo caso y ahora nuevamente se registran inconvenientes en el lugar”, afirmó Edir Lermen, intendente de Mbaracayú.
La intención de las autoridades es que los propios pobladores colaboren con la preservación y cuidado de la franja de protección del embalse y resguarda los últimos remanentes del Bosque Atlántico del Alto Paraná (Baapa), que a su vez sirve de franja de protección del área de embalse de la represa Itaipú.
Cayo Cáceres, viceministro del MDS, explicó que la invasión de la reserva de Itaipú se registró en una zona estratégica, ya que protege el río y el embalse, por lo que el desmonte del bosque puede ocasionar un grave problema ambiental y afectaría a la producción de la hidroeléctrica.
El bosque reduce la erosión y el ingreso de sedimentos y contaminantes al embalse, protegiendo el agua para la generación de la energía y permite la preservación de la vida silvestre. La Itaipú prevé el implante de 20.000 mudas de especies nativas, de los cuales 5.500 ya fueron plantadas en el área por funcionarios de la División de Acción Ambiental.