La guerra en Gaza derivó en un incremento de las tensiones en la región, con las fuerzas israelíes y el movimiento chiita libanés Hizbulá, respaldado por Irán y aliado de Hamás, enfrentándose casi a diario en la frontera entre Israel y Líbano.
“Se aprobaron y validaron planes operativos para una ofensiva en Líbano”, durante una reunión de los comandantes para evaluar la situación, indicó el ejército en un comunicado.
Poco antes, el canciller israelí, Israel Katz, amenazó con destruir a Hizbulá en una “guerra total”.
Las advertencias llegaron después de que Israel anunciara el pasado fin de semana una “pausa” diaria de la actividad militar en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, para facilitar el suministro de ayuda humanitaria.
En un mensaje por el Eid al Adha, el presidente estadounidense, Joe Biden, pidió que se aplique un plan para un alto el fuego que él presentó en mayo, afirmando que era “la mejor manera de terminar con la violencia”.
Este martes, el enviado estadounidense Amos Hochstein afirmó en Beirut que esa iniciativa podría conducir a “poner fin al conflicto en Gaza”, lo cual contribuiría también a aplacar los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá.
El plan propuesto por Biden prevé, en una primera fase, un alto el fuego de seis semanas acompañado de una retirada israelí de las zonas densamente pobladas de Gaza, así como la liberación de algunos rehenes retenidos en Gaza y la puesta en libertad de palestinos detenidos en Israel.
CAMBIO DE REGLAS. Pero el canciller israelí señaló, en un comunicado de su ministerio: “estamos muy cerca del momento en que decidiremos cambiar las reglas de juego contra Hizbulá y Líbano. En una guerra total, el Hizbulá será destruido y Líbano duramente golpeado”.
Katz hizo estas declaraciones después de que el Hizbulá publicara imágenes que, según aseguró, fueron tomadas por un dron en Haifa, una ciudad portuaria del norte de Israel.
La guerra entre Israel y Hamás estalló el 7 de octubre, cuando milicianos islamistas mataron a 1.194 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251 en el sur de Israel, según un recuento basado en datos oficiales israelíes.
El ejército israelí estima que 116 personas secuestradas siguen en Gaza, de las que 41 habrían muerto.
En respuesta, Israel lanzó una ofensiva que ha dejado al menos 37.372 muertos en Gaza, también civiles en su mayoría, según el Ministerio de Salud del territorio palestino, gobernado por Hamás.
En el centro de Gaza, testigos reportaron este martes disparos y tiros de artillería cerca del campo de Nuseirat, donde, según la defensa civil gazatí, al menos 13 personas murieron en dos bombardeos que alcanzaron una vivienda familiar y un comercio.