En cuanto a las negociaciones para alcanzar una tregua, el primer ministro de Catar, país mediador, consideró este martes que “la operación en Rafah ha hecho retroceder las conversaciones con Hamás y ahora están en una situación casi de estancamiento”.
La guerra en Gaza entre Israel y el movimiento islamista entró en su octavo mes, cuando el Estado hebreo conmemora este martes el 76 aniversario de su creación.
¡NO HAY LUGAR SEGURO”. En ese pequeño territorio palestino asediado y asolado por bombardeos y combates, la población civil, desplazada varias veces desde el inicio del conflicto, vuelve a las carreteras tratando de encontrar refugio, aunque la ONU afirma que “no hay lugar seguro en Gaza”.
El secretario general de la ONU, António Guterres, está “horrorizado” por la creciente actividad militar de Israel en Rafah y sus alrededores, dijo un portavoz el martes.
Antes del amanecer, testigos y corresponsales de la AFP informaron de ataques en varios sectores de la Franja de Gaza, incluida Rafah, en el extremo sur, donde se agolpan casi 1,4 millones de palestinos, la mayoría desplazados.
En las últimas 24 horas, al menos 82 palestinos han muerto en Gaza, elevando a 35.173 la cifra de muertos, su mayor parte civiles, dijo el Ministerio de Salud de la Franja, controlada por Hamás.
MILES DE DESPLAZADOS. Según la ONU, “450.000 personas han sido desplazadas a la fuerza” desde que el ejército israelí ordenara la evacuación de civiles en el este de Rafah el 6 de mayo.
El ejército israelí anunció que un civil israelí murió y cinco soldados resultaron heridos el martes en el norte de Israel por un cohete lanzado desde el Líbano.
Los combates se suceden en este sector, donde Hamás aseguró haber lanzado obuses contra soldados desplegados en el paso fronterizo de Rafah después de que entraran con tanques el 7 de mayo en el este de la ciudad.
Las fuerzas israelíes cerraron este paso, crucial para la entrada de ayuda para una población amenazada de hambruna en Gaza, según la ONU.
Los bombardeos también afectan al oeste de Rafah, sobrevolada constantemente por la aviación israelí, según testigos.
Tras el ataque del 7 de octubre, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió destruir a Hamás, que tomó el poder en Gaza en 2007 y al que considera una organización terrorista, al igual que Estados Unidos y la Unión Europea.
Para ello, está decidido a lanzar una gran operación en Rafah donde, según él, se encuentran atrincherados los últimos batallones de Hamás.
El ataque del 7 de octubre de comandos de Hamás en el sur de Israel mató a más de 1.170 personas, en su mayoría civiles, según un balance basado en información oficial israelí.
Más de 250 personas fueron secuestradas durante esa ofensiva y 128 permanecen cautivas en Gaza, de las cuales se cree que 36 murieron, según el ejército.
Como respuesta, Israel lanzó su represalia área y terrestre en la Franja de Gaza.