Semanas después de aquel encuentro, Guillermo le propuso a Teresita si quería ser su novia. Para dar la esperada respuesta, la futura novia se tomó un tiempo. “El 13 de octubre de ese mismo año (1972) él se declaró y fue aceptado una semana después, porque antes era así, había que pensar para ver si se le aceptaba”, recuerda, entre risas, Teresita.
Ella también confiesa que Guillermo tuvo ganado el sí desde el principio y que lo de ambos fue amor a primera vista. “Fue un flechazo de ambas partes”, refiere.
Un año y pocos meses después de ser novios, en la fiesta de fin de año del Club Centenario llegó la propuesta de matrimonio.
La pareja, que celebró este año su 46 aniversario de matrimonio, llegó al altar el 30 de marzo de 1974. La ceremonia fue en la iglesia San Francisco. Unos días antes unieron sus vidas ante la ley civil. En ese tiempo Teresita cursaba el 5º curso del colegio y Guillermo estaba terminando el bachillerato.
Guillermo ingresó a la carrera de Contabilidad y Administración, en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, de donde se recibió con medalla de oro. A la par, los esposos formaron una familia con 3 hijos, Silvia nacida en 1976, Guillermo Manuel en 1980 y Adolfo Gabriel en 1985. Los Ehrecke Irrazábal, hoy sumaron a 7 nietos y esperan con ansias a un nuevo integrante.
Para Teresita, llegar a tener un matrimonio duradero es una combinación de cosas; “por un lado el diálogo, que es fundamental, así como el respeto, la compresión mutua, ser individual sin dejar de ser pareja”, enfatiza. Y concluye que, más allá de las fórmulas, “los matrimonios duraderos son los que han sabido adaptarse, aceptar al otro con defectos y virtudes; todo lo que solo el amor hace posible”, rescata. Y por último como algo muy importante señala que es necesario “reinventarse constantemente, buscando en la rutina algunos detalles que mantengan el interés en la pareja, y no dejar de ser novios para siempre”.
Redacción:Tamara Celano. Para compartir historias enviar a sociales@uhora.com.py)